Ingenieros reportaron algunos avances en su misión de detener el desastre en una planta de energía dañada por un tsunami en Japón, aunque evidencia de pequeñas fugas de radiación reflejaban el peligro de la peor crisis nuclear del mundo desde Chernóbil hace 25 años.
Trescientos técnicos han estado luchando dentro de una zona de peligro para salvar la planta Fukushima, que tiene seis reactores, desde que fue afectada por un terremoto y un tsunami que también causaron la muerte de más de 7.500 personas y dejaron desaparecidas a otras 11.700 en el noreste de Japón.
La múltiple crisis costará a la tercera mayor economía mundial cerca de 200 mil millones de dólares en el mayor intento de reconstrucción de Japón después de la Segunda Guerra Mundial. También ha postergado los planes de energía nuclear en todo el mundo.
Algo alentador para los japoneses que trabajan en Fukushima fue la llegada de cinco camiones de bomberos que lanzaron agua por cerca de tres horas al reactor número 3, considerado como el más peligroso del devastado complejo de Daiichi en Fukushima, debido a que contiene plutonio altamente tóxico.
El trabajo también avanzó al llevar energía otra vez a las bombas de agua, usadas para enfriar el combustible nuclear sobrecalentado. "Estamos haciendo progresos ... (pero) no deberíamos ser muy optimistas", dijo Hidehiko Nishiyama, vicedirector general de la Agencia de Seguridad Nuclear de Japón.
Los ingenieros japoneses conectaron un cable de energía a los reactores número 1 y 2, con la esperanza de restaurar el suministro eléctrico para probar el encendido de las bombas.
También esperan alcanzar los números 3 y 4 después de eso. Si es exitoso, podría ser un punto de inflexión en una crisis ya considerada tan mala como el accidente de Three Mile Island en Estados Unidos en 1979. Si no, se deberán adoptar drásticas medidas como enterrar la planta con arena y concreto como ocurrió en Chernóbil después del peor desastre nuclear del mundo en 1986.
Los sistemas de refrigeración han sido restaurados en los menos críticos de los seis reactores, los números 5 y 6, usando generadores diésel.
"Parece que la situación se ha estabilizado un poco, pero es aún muy seria", dijo Bo Stromberg, analista de la Swedish Radiation Safety Authority.