Este domingo, nuestra edición impresa ofrece una mirada diferente a nuestros medallistas olímpicos. Las historias están llenas de anécdotas:
- Mariana Pajón, además de su talento innato y capacidad técnica, sobresale por su fuerza mental. Ese positivismo lo ha incrementado en la Escuela de Campeones en Medellín. Lo demostró con su medalla de oro en Londres.
- Colombia ganó un medallista olímpico en el pesista Óscar Figueroa, pero perdió a un militar. El deportista pagó servicio en el batallón Agustín Codazzi, de Palmira, y quería seguir en ascenso en la milicia, pero la halterofilia ganó el duelo. Dice que ama el Ejército, donde en vez de patrullar lo mandaban al gimnasio a preparar sus competencias.
- La atleta Caterine Ibargüen, medalla de plata en Londres, es una destacada estudiante de Enfermería en una universidad de Puerto Rico, país en el que lleva tres años. Allí comparte con otro grupo de atletas colombianos que buscaron academia y progreso deportivo.
- Rigoberto Urán, subcampeón olímpico de ciclismo en ruta, es benefactor de un semillero de ciclistas en su natal Urrao. A pesar de que lleva seis años en Europa y milita en el equipo Sky de Gran Bretaña, no se olvida de los niños que lo tienen como ídolo.
- La luchadora Jackeline Rentería confiesa que quiere ser congresista de la República para cambiar el manejo del deporte en Colombia. Desde ya se prepara para eso y dice que jamás abandonará su deporte. Ganó bronce en Londres y repitió la gesta de Pekín 2008.
- Carlos Mario Oquendo, habitante de la Estrella, es un deportista integral. Practica varias disciplinas del ciclismo que lo han fortalecido. A los 13 años ya había subido a un podio mundial. Es novio de la nadadora Carolina Colorado, un aliciente más en su carrera.
- Óscar Muñoz, de taekwondo, tenía como meta el boxeo. Pero las carencias económicas de su padre que le impedían apoyarlo, lo enrutaron a las artes marciales. El bronce olímpico le llegó a los 19 años.
- Yuri Alvear, judoca vallecaucana, antepone a Dios en todas sus actuaciones. Dice que esa espiritualidad le cambió la vida y está convencida de que el trabajo de base en Colombia puede dar muchos campeones, pero con recursos y apoyo.
A todas estas historias, ampliadas en detalle en la edición que este domingo circula, tiene un regalo adicional para nuestros lectores con la circulación de un afiche de Mariana Pajón, que se bañó de oro en Londres.
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