De tanto jugar con sus ficciones, voltearlas al derecho y al revés, tal vez Julio Cortázar terminó atrapado en un automóvil como ocurre en La autopista al sur, uno de sus tantos cuentos.
Esta es la imagen que cronopios de todo el mundo se deben estar haciendo con la publicación de Corrección de pruebas de Alta Provenza, un escrito que vuelve a ver la luz de la mano de editorial RM.
El texto de medio centenar de páginas fue escrito por el argentino en el año de 1972 mientras viajaba por el sur de Francia a bordo de El Dragón, "un Volkswagen rojo en el que hay un tanque de agua, un asiento que se convierte en cama -escribe Cortázar-, y al que he sumado la radio, la máquina de escribir, libros, vino tinto, latas de sopa y vasos de papel".
Inicialmente publicado como parte de una antología de autores latinoamericanos y españoles, Corrección de pruebas es una crónica de viaje en la que el gran cronopio describe detalles de su modo de vivir, pero sobre todo de pensar.
Mientras trabajan en mejoras sobre El libro de Manuel, uno de sus trabajos más políticos, el autor de Rayuela, Los premios y Bestiario comenta los hechos que le llegan por la radio, entre ellos los ocurridos durante los Juegos Olímpicos de Munich, cuando en una toma terrorista fueron asesinadas más de una docena de personas.
"La máquina funciona bien -escribió entonces Cortázar-, rápidamente se aprietan las teclas de la sensibilidad epidérmica, y entonces el genocidio cotidiano, Vietnam o Biafra, los ahorcados de Turquía y los fusilados de Irán, los 20 años de miseria y de vergüenza de los refugiados de Palestina, la exterminación sistemática en Guatemala, todo eso pasa a un plano nebuloso".
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