x

Pico y Placa Medellín

viernes

0 y 6 

0 y 6

Pico y Placa Medellín

jueves

1 y 7 

1 y 7

Pico y Placa Medellín

miercoles

5 y 9 

5 y 9

Pico y Placa Medellín

martes

2 y 8  

2 y 8

Pico y Placa Medellín

domingo

no

no

Pico y Placa Medellín

sabado

no

no

Pico y Placa Medellín

lunes

3 y 4  

3 y 4

language COL arrow_drop_down

Crecimiento, competitividad y bienestar

Capital, trabajo y productividad, las claves para acelerar la economía.

11 de febrero de 2014
bookmark

La teoría económica ha analizado con detalle los factores que determinan el crecimiento económico. Son, en esencia, tres: el trabajo, el capital y la productividad. Si una economía dispone de una mano de obra creciente, acumula capital (a través de la inversión productiva) y desarrolla la productividad, entonces puede alcanzar niveles de crecimiento que mejoren la calidad de vida de sus habitantes.

Sin embargo, nada está garantizado en lo relativo a esos factores: la tasa de crecimiento de la población declina en todo el mundo, y sólo la mejora en las competencias productivas de la mano de obra ofrece un camino alternativo para impulsar el crecimiento; el capital, por su parte, depende de la inversión productiva, que sólo es abundante cuando se cumplen variadas condiciones institucionales y financieras; y la productividad es el resultado de largos y complejos procesos de investigación y de transferencia tecnológica, que cuesta impulsar y sostener.

Ello explica que los "saltos al desarrollo" sean escasos en el mundo de los países de nivel de ingreso bajo o medio. Sólo un puñado de países ha logrado sostener tasas de crecimiento elevadas por largos períodos de tiempo, lo que les ha permitido abandonar ese grupo, para ubicarse en el de los países de alto nivel de desarrollo. Sin embargo, casos como el de Hong Kong, Corea o Taiwán (que lograron crecimientos anuales superiores al 7% en períodos de 25 años o más y alcanzaron el nivel de ingreso per cápita característico de países desarrollados) han probado ser difíciles de replicar, y la conclusión actual parece ser que no hay una receta única para acelerar el desarrollo económico.

No obstante lo anterior, alcanzar niveles elevados de crecimiento sigue siendo el reto fundamental que debe enfrentarse para generar prosperidad en una sociedad: en efecto (y aún a pesar de que nada garantiza de antemano que los frutos del crecimiento se difunden a toda la sociedad), sólo la ampliación de la base productiva, el uso adecuado de los factores de la producción y la abundancia de recursos materiales, permite generar mejor nivel de vida a la población y garantizar oportunidades adecuadas para todos los grupos sociales.

¿Cómo pues impulsar de manera decidida el crecimiento? En ausencia de condiciones especiales que produzcan un resultado alternativo, cada país tiene un nivel sostenible de crecimiento de largo plazo, que depende del aumento de la población, de los recursos que ahorre para acrecentar su capital, y de la evolución de su productividad. Ese crecimiento inercial (que se materializa en crecimientos del producto per cápita entre el 1,5% y el 2% anual) puede verse arruinado por malas políticas económicas, como lo muestran experiencias recientes en países vecinos. Pero puede verse también modificado positivamente, si se desencadenan "episodios de crecimiento acelerado", durante los cuales se den cambios significativos en el ritmo al que evolucionan el capital, la productividad o la calidad de la mano de obra del país.

Son variados los factores que pueden contribuir a ello. De una parte, condiciones macroeconómicas e institucionales básicas, que posibilitan el buen funcionamiento de la economía, y sin las cuales no son posibles esos episodios. De otra, detonantes del cambio, que desencadenan los episodios y que alteran de manera fundamental alguno de los factores del crecimiento: movilizaciones masivas de mano de obra de sectores de baja productividad a sectores productivos, con el consiguiente incremento general de la productividad en la economía; transferencias masivas de tecnología, incorporada en inversión extranjera alentada por procesos de apertura económica; despliegue igualmente masivo de infraestructura que fomenta la productividad y la competitividad; o consolidación de estructuras productivas complejas, a partir de competencias productivas variadas de la mano de obra, que se articulan para favorecer la competitividad.

Al ritmo de crecimiento observado entre 1990 y 2012, tardaremos 86 años en alcanzar el nivel de vida actual de los Estados Unidos. Nos convendrá seguramente buscar un camino más expedito para lograrlo.

*Docente Universidad Eafit

Te puede interesar

¿Buscando trabajo?
Crea y registra tu hoja de vida.

Las más leídas

Te recomendamos

Utilidad para la vida

Regístrate al newsletter

PROCESANDO TU SOLICITUD