Ya se habían llevado un cajero electrónico completo en Barranquilla. Ahora, los ladrones arrancaron de tajo una caja fuerte de una firma captadora de dineros y se la alzaron sin recato, en Ciudad Jardín, sur de Cali.
En ambos casos, lo que resulta extraño es que nadie vio nada ni oyó nada.
Los ladrones se las siguen ingeniando para hacerle el quite a la ley y poner en evidencia la falta de solidaridad que aún existe entre la ciudadanía. En el caso del cajero en Barranquilla, los delincuentes tuvieron que tumbar hasta un muro y salir en gallada para poder montar el pesado aparato electrónico a un carro. Y en el de la caja fuerte, ahora que las autoridades buscan a los cacos por toda la ciudad, la preocupación es para los que conocen la clave de la misma, pues temen que sean "secuestrados" para que la abran.
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