Los edificios, las oficinas, las empresas en Perú convertidas en búnker, como si estuvieran esperando la guerra. Un panorama que le hizo abrir los ojos a Carlos Alberto Villa Salazar.
"Fue difícil ver eso, porque las empresas estaban peleadas con su entorno, con la sociedad, cuando debería ser todo lo contrario: de puertas abiertas a la comunidad", explica Villa Salazar, gerente general de Interquim, y uno de los hombres que siente el término Responsabilidad Social Empresarial como uno de sus valores personales.
Para Villa fue un punto de partida. Ver, conocer y reconocer a esa sociedad lejana y temer que su entorno se convirtiera en algo similar lo llevó a meterle mano y corazón a Interquim, una empresa de adhesivos y abrasivos, que hace parte de la multinacional Akzo Nobel, con sede en Holanda.
Desde su puesto comenzó un proceso diferente con sus empleados de Interquim: crearon una cooperativa de confecciones (Crear y Crecer) para mejorar las condiciones de vida de la comunidad del área de influencia de la empresa, en Girardota.
Hoy, gracias a ese pensamiento que contagió a accionistas, directivos, empleados y a la misma comunidad, Villa Salazar pudo adelantar un proyecto que tiene siete años, es autosostenible y mejoró el entorno de toda la comunidad. Y por ahí derecho el de sus empleados.
"No puede haber una empresa sana con un ambiente social insano". Esa frase de los fundadores de Carvajal S.A., así como la lectura constante de la doctrina social de la Iglesia hicieron que este hombre entendiera que la empresa es un medio, no un fin; que todo debe hacer parte de un círculo virtuoso, no de uno vicioso. Entender que desde la empresa se puede hacer bien a la comunidad.
En sus ojos se nota el orgullo por lo que hace, y sobre todo, por cómo lo hace. A tal punto de decir que en su familia aprendieron a vivir con la solidaridad, desde él como cabeza hasta sus hijos.
Sabe que convencer al que tiene cinco pesos en el bolsillo es más difícil que al que tiene un par de centavos. "Todos somos nuevos en esto. Nos falta creer más, que nuestras cabezas visibles tengan mayor decisión. Solo es cuestión de conocer y aceptar", explica.
Pero su experiencia y su corazón le dictan que está por el camino correcto, que esta es una forma de hacer un mejor futuro para los que vienen detrás suyo.