Por quinta vez la historia se repite. Después de días y días de debates, el Fútbol Club Barcelona vuelve a demostrar, una vez más, ante todo el mundo que, a pesar de no haber ganado la Champions League, es el mejor equipo del mundo. Que el fútbol más efectivo es el propuesto por Pep Guardiola, posiblemente, el mejor entrenador del mundo.
El primer debate era entre Cristiano Ronaldo y Leo Messi. ¿Quién lo ganó?
La respuesta parece clara: Messi.
Aunque el argentino no haya marcado gol, estuvo activo todo el partido, creando ocasiones y dando pases.
¿El luso? Se le vio cuando reclamaba un penalti inexistente y en el momento en que sacó de sus casillas a Andrés Iniesta, cuando empujó a Guardiola, ese entrenador tan querido por todo el barcelonismo y siempre tan correcto con el rival.
Ni Barça ni Madrid se esperaban una noche así. Los días previos al derbi , el Real dio la imagen de querer ganarlo, pero desde el primer gol de Xavi sus ganas desaparecieron.
El partido no tuvo más historia, al menos en el ámbito deportivo. Sorprende que se intente justificar las acciones de Ramos (expulsado por una dura entrada a Messi y que al marcharse del campo tuvo algunos detalles desagradables con sus compañeros del Barcelona en la selección), y de Cristiano Ronaldo con la impotencia, pues nada justifica la violencia.
Hace una semana el Barcelona le marcó ocho goles al Almería y ningún jugador perdió los papeles.
Desde que Pep dirige el conjunto culé viene siendo normal ganarle al Madrid, casi se ha convertido en una costumbre.
Es inevitable comparar este partido con aquel 2-6 en el Bernabeu. Pese a que el resultado no sea tan amplio, la diferencia futbolística parece enorme.
De hecho, una vez visto el monólogo del Barça parece increíble que solo los separen dos puntos, aunque esos dos puntos dejan una sensación de satisfacción enorme en los aficionados culés.
Se puede decir que este 5-0 es la respuesta a la eliminación de la Champions de este año, en la que el Inter, de José Mourinho, ganó al conjunto catalán con un gol en fuera de juego, un tanto que en el partido de vuelta condenó al Barcelona.
En definitiva, el equipo catalán vuelve a demostrar que sigue siendo el rey y, de paso, acalla todos aquellos rumores que ponían en tela de juicio el compromiso de algunos jugadores y el estilo de juego del equipo.
Es el momento oportuno para que los verdaderos amantes del fútbol reconozcan cuál es el mejor equipo del mundo y se olviden de pedir en los periódicos del día después penaltis, pues está claro que un 5-0 no es obra de un árbitro.
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