De Marco Polo, como de Homero, se dicen muchas cosas. De Homero, por ejemplo, se dice que la Iliada no la escribió Homero sino otro poeta llamado ...Homero. En fin, que la historia sirve para todo, incluso para reír un poco a la hora del té que la inventaron los ingleses para tomarse un pocillo de café. Y voy a los besos, porque Marco Polo contó que en uno de sus viajes a Oriente vio con asombro cómo un hombre y una mujer se frotaban apasionadamente la nariz, o las narices, como dice alguien distinto a Marco Polo.
Y como suponemos que ya Marco Polo por aquellas calendas sabía lo que era un beso se dio a la tarea de investigar aquello de la frotación de las parejas y llegó a la conclusión de que se trataba, simple y llanamente, del principio de la historia del beso en Oriente. Lo que no cuenta la historia sino que lo suponemos nosotros, es que en los frotes aquellos debieron existir muchas personas con apéndices olfativos parecidos a los de un personaje de nuestra política que seguramente tiene que silbar para poder dar un beso.
Nuestras investigaciones llegaron precisamente a lo que dice el título de esta nota. Cuando un ñato y una ñata del Oriente profundo quisieron frotar sus narices, se encontraron con que juntaban los cuatro labios y que el asunto no era tan aburrido como lo suponía. De ahí, de aquella pequeña malformación nació el primer beso que se fue extendiendo por el mundo hasta llegar a convertirse en el idioma universal del amor. Cundo conté la historia a una señora, solamente pudo exclamar: benditos sean los ñatos... Gloria a Dios.
PAUSA. Dicen que el beso es un intercambio de bacterias. Y otros subrayan: las bacterias también tienen derecho a la felicidad.
PATRIA. No sé por qué pienso que aquellas personas que dicen sentir dolor de patria no han sentido siquiera la palpitación de un colmillo inflamado. ¿El dolor de patria se siente en la cama, en el automóvil, en la finca, cuando se viaja a pasear a Europa o cuando los negocios no están produciendo el doscientos por ciento? Sería bueno saber cómo y a qué hora se siente ese particular dolor y cuáles son los síntomas o si existe alguna especial vacuna para evitar ese mal y dormir tranquilo.
Y asocio ese dolor con aquel periodo que hemos dado en llamar la patria boba y que no sé cómo fue porque en verdad yo creo que el asunto sigue lo mismo, con agravante verdaderamente serio: que la patria boba se ha enloquecido y quedó gravitando en dos niveles raros, como aquellos apartamentos que tienen una sala abajo unida por un extraño caracol a una cocina en la parte de arriba, lo que han dado en llamar un dúplex, si no ando muy mal en arquitectura semimoderna.
Total que los bobos de antes somos los pobres loquitos de hoy. Es una especie nueva que podríamos bautizar con el nombre de bobiloquismo, en mi concepto muy apropiado para los que alguna vez fuimos unos caídos del zarzo y ahora el zarzo amenaza con caer encima de nosotros. Bueno, en verdad yo también siento dolor de patria. ¿Y saben qué es lo que siento? Como un dolor de muelas en el corazón.
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