No se entiende cómo es posible que la Gobernación de Antioquia haga una inversión millonaria en la compra de equipos de alta tecnología y seguridad para expedir in situ el pasaporte y que ahora se tenga que enviar el documento a Bogotá y esperar que en ocho días se le dé el visto bueno.
Otra vez el centralismo galopante que desdibuja el interés general, pues serán muchas las personas que no podrán conseguir el pasaporte en los términos del tiempo que demandan muchos imprevistos y que no es posible agendar, por razones obvias.
Antes, en una mañana, se obtenía sin mayores problemas el documento, pero ahora no sólo se demorará mucho más el trámite, o asumir los sobrecostos de conseguir uno de emergencia. Vamos como el cangrejo.
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