La población kurda, tanto en el norte de Irak y Siria, como también en límites con Turquía, llama desesperadamente al mundo para que ayude en la defensa de la ciudad de Kobane, ya ocupada en un 30 por ciento por las tropas del grupo yihadista Estado Islámico.
Los kurdos sufren desde junio pasado el acoso del extremista EI y son decenas de miles los refugiados de esa comunidad debido a la incursión de los "guerreros del nuevo califato islámico".
La situación contrasta con la continuidad de los bombardeos de la coalición internacional contra el EI que, aunque ha tenido algunos logros militares importantes, no logra disuadir y mucho menos desbaratar las estructuras militares de los yihadistas.
La operación contra los ultrarreligiosos y terroristas, que además siguen decapitando rehenes, requiere mayor contundencia y resultados.
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