No, no insista que no es por ahí. Ni ahí. Y no es que se trate de un insecto depravado, es que la naturaleza a veces bromea.
Una trampa creada por una orquídea y sufrida por un macho de una especie de abeja.
La flor de esta planta expele una esencia que simula el olor de una hembra, por lo que el macho acude y copula con la planta. Lógico que no pasa nada, aparte de que la orquídea se beneficia.
Científicos reportaron en el journal BMC Evolutionary Biology que al cruzar dos especies de orquídeas y producir un híbrido, se generaba una nueva esencia, que no tenía efecto alguno en abeja solitarias del área, pero que era muy atractivo para otra especie de abejas que nunca visitaba ninguna de las orquídeas de las que surgió el híbrido.
Aunque la especie de orquídea producida era estéril su olor era novedoso y atractivo para esas abejas. Nicolas J. Vereecken, de la Universidad Libre de Bruselas, quien realizó el estudio con colegas de Zurich en Suiza y Nápoles en Italia consideró que la investigación "provee una ventana única al proceso por el cual aparentes barreras reproductivas pueden ser rotas y cómo una nueva combinación de rasgos florales pueden ser generados, conduciendo a la evolución de novedosas interacciones de alta especificidad entre planta y polinizador".
En el video adjuntado a la publicación del estudio se observa una abeja solitaria que intenta copular con una de las plantas, atraído por la tramposa esencia, una creación inusual.
Para el científico, "el hecho de que algunas plantas se reproduzcan ofreciendo una falsa promesa de sexo a abejas que patrullan es una estrategia extraordinaria". Estas orquídeas dependen casi exclusivamente de su fragancia floral para atraer los polinizadores de manera muy específica, un mecanismos que sólo se conoce en la familia de orquídeas.
El estudio se efectuó con las orquídeas Ophrys arachnitiformisy O. Lupercalis , plantas que son reproductivas de manera aislada por la visita de distintos polinizadores y que ocasionalmente dan paso a híbridos a pesar de la combinación aparente de barreras de aislamiento etológicas y mecánicas.
Cuando se obtuvo el híbrido, los científicos, al analizar el aroma de las flores, encontraron que la planta producía más compuestos en comparación con sus progenitores y la mezcla era distinta. Al exponerlo a polinizadores, atraía menos insectos de los que visitaban las especies de las que surgió.
La investigación significa que el proceso de hibridación puede conducir a la generación de novedades evolutivas, las que pueden provocar cambios en los polinizadores y un giro o aislamiento hacia interacciones con insectos más específicas.
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