Es la luz y la sombra. En el día, La Magnolia parece un apacible pueblo campesino, en el que los vecinos caminan entre la frescura de los árboles, unos toman tinto en las aceras, mientras que otros conversan animadamente al compás de una música que apenas se escucha.
Por la noche, en especial los fines de semana, todo cambia: una horda de adolescentes se toma las calles de este barrio tradicional de Envigado y parece acabar con todo. El licor, la música, la cebolla de los perros, todo se junta en una mezcla explosiva. Parece que fuera un lugar distinto, pero sigue siendo La Magnolia.
Héctor Gabriel Uribe, lleva viviendo ochos años en la esquina ubicada al frente de lo que se conoce como la Bota del Día, el epicentro de esa vorágine juvenil.
"Yo compré porque no teníamos ni idea que esto se iba a convertir en esto, donde el ruido es insoportable", afirmó.
Pero no es solo la música. El aroma de las comidas que se cocinan en la parte baja ya no deja salir al balcón.
"El olor de la cebolla se vuelve muy intenso mientras va pasando la noche. Tenemos que cerrar las ventanas y quedarnos adentro. Lo que yo me pregunto es porque le dan licencia a un restaurante en una zona residencial", afirmó Héctor.
Pero la rumba no se acaba cuando los locales, cumplidamente, cierran cuando llega la hora. "Los muchachos se quedan, parquean los carros y siguen con la música y la fiesta, hasta la madrugada. No dejan dormir", dijo Javier, otro de los vecinos que disfruta de La Magnolia de día, tomándose un tinto antes de continuar con su jornada laboral.
De un aeropuerto
Por su parte, las autoridades ambientales de Envigado están preocupadas con los niveles de ruido, en especial en la Bota del Día y Guanteros, que alcanzan los mismos de un aeropuerto.
"En estos dos últimos años hemos definido el mapa de ruido en varios sectores del municipio y definimos unos horarios para la emisión de ruidos. En sectores como la Bota del Día, no solo no se cumplen las exigencias, sino que las sobrepasan", afirmó Gloria Elena Correa, de la Secretaría del Medio Ambiente.
En estos dos años también se han realizado capacitaciones sobre cómo se puede reducir el nivel de los ruidos, pero tampoco ha dado los resultados esperados.
"Corantioquia es la autoridad ambiental de nuestro municipio y ellos deberán aplicar las sanciones si estoy continúa así. Sin embargo, nosotros no queremos llegar a eso. Vamos a seguir trabajando, porque también es verdad que se han conseguido algunos cambios", concluyó Gloria Elena Correa, secretaria del Medio Ambiente.
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