Lo que se temía comenzó a cumplirse. ¿Qué tal un niño de dos mamás y un padre o una sociedad donde se creen más hombres?
El gobierno británico pidió a la Autoridad de Fertilización Humana y Embriología (HFEA) iniciar una consulta para conocer qué piensa el ciudadano sobre la terapia genética en óvulos.
Es, nada menos, el primer paso para modificar la ley y permitir que se empleen técnicas de reproducción que eviten el nacimiento de bebés con ciertas enfermedades raras por defectos en la mitocondria como ciertas formas de distrofia muscular y desórdenes neurodegenerativos.
Para ello se necesita una mamá con mitocondria defectuosa y otra sana. Así, nacerían niños con genes de sus padres y de una tercera persona.
¿Es ético? Como la mitocondria se transmite de madre a hijos, podría llegar el día en que se prefieran los machos sobre las hembras. El desarrollo de las técnicas, además, implicaría la modificación genética de embriones -hoy prohibida- y la destrucción de óvulos fertilizados.
La mitocondria es, en términos coloquiales, la batería celular.
Experimentos en primates, y con óvulos humanos defectuosos, han demostrado que es posible remover el material genético de un óvulo que presenta una mitocondria anómala y transferirlo a un óvulo sano de donante, desechando la mitocondria defectuosa.
Lisa Jardine, cabeza de aquella Autoridad, se mostró complacida con el pedido de los Secretarios de Estado para la Salud y los Negocios, Innovación y Habilidades del Reino Unido para llevar este complejo tema científico al entendimiento del ciudadano común.
"Este es un asunto de gran importancia para las familias afectadas por enfermedades de la mitocondria y también es de enorme interés público", dijo. Los detalles y el calendario de la consulta se presentarán en abril.
Junto al anuncio oficial, la más grande organización biomédica británica, The Wellcome Trust, informó que financiará los experimentos preclínicos para establecer la seguridad de los métodos. También se encuentra en proceso una revisión bioética independiente.
"Es un gran ejemplo de cómo debería funcionar la regulación, porque está diciendo veamos la ciencia, veamos la bioética, miremos qué piensa el público", expresó Peter Braude a Nature , un biólogo reproductivo del King's College London.
Son dos los procedimientos empleados para modificar la mitocondria. Científicos de Estados Unidos usaron la transferencia maternal de ejes ( spindle transfer ) para producir dos monos rhesus macaco sanos, mientras que Douglas Turnbull, de la Universidad de Newcastle y su grupo emplearon la transferencia pronuclear en óvulos humanos defectuosos y encontraron que una minoría lograba un desarrollo normal. Esta técnica, según Braude, coautor de un informe para la HFEA, es más segura.
El primero incluye la transferencia del ADN nuclear de un óvulo (en vez de un embrión) con mitocondria defectuosa a uno con mitocondria sana. El segundo implica transferir el pronúcleo de un embrión con mitocondria anormal a un embrión con mitocondria sana. El nuevo embrión contiene entonces el ADN del padre y la madre, más la mitocondria de la donante.
Ambas técnicas solo están autorizadas en investigación.
Uno en cada 5.000 nacidos presenta alguna de algo así como 150 enfermedades de la mitocondria, varias de ellas fatales.
El informe elaborado para la HFEA subrayó varios estudios que considera críticos antes de que cualquiera de esos procedimientos pueda ser empleado para crear un niño. Entre ellos, experimentos con óvulos humanos sanos y probar que con la transferencia pronuclear se pueden concebir micos saludables.
Por ahora, Turnbull y su grupo esperan determinar si los embriones pueden alcanzar seguros la etapa de los 100 blastocistos (estructura embrionaria inicial), que es cuando se da la implantación. En el momento no planea ensayar la transferencia pronuclear en monos y no se sabe quién lo hará.
Shoukhrat Mitalipov, biólogo reproductivo en Oregon Health and Science University cerca a Portland, quien hizo el estudio con los rhesus, inició experimentos con óvulos humanos en un laboratorio privado.
Esta terapia genética a consulta para producir niños más sanos es solo uno de los muchos cambios que la concepción humana tendrá o padecerá en pocos años.
Hacia la sociedad de los niños perfectos.
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