Las abuelas rusas que conquistaron Europa al quedar en segundo lugar en el festival de la canción de Eurovisión, regresan ahora a sus huertos a cultivar patatas y reconstruir la iglesia de su pueblo.
"Party for everybody. Dance. Come on and dance. Bum, bum", es el estribillo en inglés que ha hecho famosas a las Buranovskiye Babushki (Abuelas de Buránovo), oriundas de la república de Udmurtia (Urales), en la Rusia profunda.
La victoria se la llevó Suecia, pero la actuación que ha cautivado a los televidentes de todo el continente fue Party for everybody (Fiesta para todos), en la que las septuagenarias rusas le ofrecieron empanadillas a los espectadores tras cocinarlas en un horno de leña en pleno escenario.
Las abuelas rusas se subieron al escenario con largos vestidos rojos, pañoletas, mocasines y no dejaron de moverse al ritmo de la música durante los tres minutos de folk-dance.
Entre todas ellas, la estrella es Natalia Pugachova, una pequeña mujer de 76 años, con apenas metro y medio de altura, que se ha convertido en una celebridad por su eterna sonrisa e inagotable vitalidad.
El grupo, que interpretó su tema en lengua udmurt (urálica), con excepción del estribillo en inglés, no pudo contener las lágrimas de alegría al término de la votación en Bakú, donde el público no dejó de aplaudirles.
Hasta la corresponsal de la edición alemana de la legendaria revista Rolling Stone mostró su decepción porque las abuelos no ganaron el concurso. "Es muy triste que las babushki no ganaran ya que su canción era fantástica. Me encantaron y les deseé suerte. Las actuaciones del resto de participantes fueron mucho menos interesantes", dijo.
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