Pasaron ocho meses desde que Andrea Carolina Alarcón escuchó por primera vez que podía acceder a una doble certificación internacional, hasta el momento en el que reunió los requisitos para poder viajar.
Supo de la posibilidad en una clase de sexto semestre de Ingeniería de Sistemas en la Universidad de Antioquia, allí un profesor mencionó los beneficios de hacer un intercambio. De ahí en adelante, su iniciativa la llevó a seguir indagando por el proceso.
Escogió el Politécnico di Torino en Italia, por que ya existía un convenio con la universidad y realizó un curso intensivo de italiano para poder acceder a la visa de estudiante del país europeo. Luego reunió las cartas de recomendación y los recursos, pues aunque la universidad la apoyó en una parte de los viáticos, debía asumir otros gastos.
Valiosa experiencia
No había pasado un año, cuando ya estaba sentada en uno de los pupitres de la universidad italiana, estudiando el ciclo de profundización. "Allá los primeros semestres son los básicos y luego es una especie de especialización. Yo llegué a ese último ciclo, por eso al terminar quedé con algo similar a un posgrado", explica Andrea.
Aunque había estudiado el idioma previamente, al llegar al país entendió que la preparación había sido corta. A la par con los estudios, debió esforzarse para aprender el idioma.
El siguiente paso fue adecuarse a los exámenes, porque en el Viejo Continente son solo dos pruebas durante el semestre y abarcan todas las materias.
Aunque hace solo un mes está de vuelta en Medellín, y aún le faltan unos días para graduarse del pregrado, la estudiante está segura de que la experiencia le sirvió para mejorar su perfil profesional, por eso recomienda a los estudiantes emprender el camino, no solo por conocer otra cultura sino por acceder a nuevos conocimientos.
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