Un nuevo aire de optimismo para lograr un acuerdo tomaron las partes involucradas en la crisis política de Honduras, después de que el presidente de facto, Roberto Micheletti, aceptó ayer que sea el Congreso Nacional el que decida sobre la restitución en el poder del derrocado Manuel Zelaya.
Tras esta consideración, ambas comisiones regresaron a la mesa de diálogo con el acompañamiento de diplomáticos estadounidenses que decidieron mediar para acercar a las partes en busca de una solución antes de elecciones.
Por otro lado, las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional pasaron a disposición del Tribunal Supremo Electoral (TSE) para cumplir con la seguridad y otras actividades relacionadas con las elecciones.
A propósito, el jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas hondureñas, el general Romeo Vásquez indicó en diálogo con EL COLOMBIANO que "daremos todas las garantía para que los ciudadanos se acerquen a las urnas".
Sobre el regreso de las comisiones al diálogo dijo que "es un buen síntoma".
Honduras interpuso ayer una demanda en la Corte Internacional de Justicia contra Brasil por permitir al depuesto presidente Manuel Zelaya que se refugiara en la embajada brasileña en Tegucigalpa.
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