LA ELECCIÓN COMO PROBLEMA: La cultura del bienestar nos ofrece muchas posibilidades en todos los ámbitos. Para comprar cereales de repente te encuentras con una variedad tal, que ya no sabes ni cuál tomar. Cuantas más posibilidades tienes a la mano, tanto más difícil resulta decidir. Miremos un momento la forma que tienen algunos de ver televisión, saltan de un canal a otro queriendo ver de todo y el tiempo se les va sin haber escogido un programa.
El dial lo disparan como si fuera metralleta. Los formadores constatamos la inseguridad que experimentan muchos bachilleres en el momento de elegir profesión debido a la exagerada oferta de carreras que pasan por sus narices. Al final no saben ni qué quieren, ni para qué son buenos.
La consecuencia es que se retrasa la elección y en ocasiones se espera demasiado. Considero un peligro latente el postergar la toma de decisiones por el temor que experimentamos a equivocarnos. Hay que ser audaces para tomar prudentes decisiones sin temor a equivocarse. Es mejor errar, que no elegir. El miedo al fracaso no debe atenazar a la juventud. Los adultos deben infundirles confianza para que opten y perseveren.
Pico y Placa Medellín
viernes
no
no