El escenario político se está configurando de una forma particular, y bien conocida. Los numerosos cargos creados en diversas entidades del orden nacional parecen tener un objetivo claro, y es mantener a ciertos personajes en el poder. La burocracia parece no tener límite y la vergüenza dejó de sentirse en la Casa de Nariño.
En la política es claro que mientras mayor sea el número de funcionarios a cargo de un grupo político, mayor será su poder en las urnas. Cuando la burocracia seduce ideologías superfluas e incipientes de ciertos líderes, se crea un aberrante escenario en donde todo se maneja al vaivén de los intereses políticos del oferente. Es decir, se favorecen intereses particulares por encima de intereses superiores.
La burocracia resulta costosa crearla y más costosa sostenerla. La burocracia compra conciencias y genera peligrosos compromisos entre quienes la ofrecen y quienes se acogen a ella. La burocracia une distintas ideologías en torno a oscuros intereses, mas no a favor de grandes objetivos en bien del desarrollo de una nación.
La burocracia es la consecuencia de cálculos políticos y arreglos hechos a espaldas de los ciudadanos, quienes son engañados con falsas "mesas de unidad", entre otras fantasías.
La burocracia en un gobierno es la mayor expresión de una enorme falta de ideas entre sus miembros.
Las ideas
Las ideas hablan por sí solas. Cuando las ideas se defienden a través de competencias, energía y honestidad, no se requiere de enormes aparatos burocráticos, sino de unos cuantos realmente comprometidos. Cuando una ideología es el resultado de profundas convicciones, no se requiere de prebendas que compren conciencias, sino que muchos se unirán voluntariamente en su defensa.
Los líderes políticos que gobiernan con ideas no requieren de varias facetas para presentarse en distintos escenarios, porque siempre se presentarán auténticos. Las ideas no restringen a los individuos que las comparten, por el contrario los libera. La defensa de las ideas no requiere armar tramoyas de forma excluyente y calculadora, sino que busca ganar constantemente más seguidores que trabajen por el beneficio de intereses comunes y superiores.
La defensa de las ideas forma el carácter de los individuos. Las ideas en un gobierno hablarán siempre más fuerte y es inmensamente más claro que los discursos tibios y solapados de quienes por el contrario se escudan en engañosas artimañas para ganar adeptos.
Las ideas triunfarán constantemente ante la burocracia, de eso estemos seguros. La burocracia es efímera, en cambio las ideas trascienden. Si le queda duda, amigo lector, observe cuántos reclaman hoy seguridad democrática, cohesión social y confianza inversionista.
@conojocritico
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