En Medellín, una ciudad con graves problemas de seguridad, es inconcebible que 62 vehículos puestos al servicio de la Fiscalía estén sin funcionar, algunos, hasta después de tres años. Por fallas administrativas, que muestran la desidia, el costoso parque automotor no ha sido matriculado. Es una afrenta a una ciudad que ha hecho grandes esfuerzos para dotar a los organismos investigativos y judiciales de medios para el mejor desempeño de sus funciones. Esto nos recuerda además las vacantes de fiscales e investigadores, para judicializar a los delincuentes, y que bien podrían aprovechar esos vehículos.
Pico y Placa Medellín
viernes
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