En el BMX pudo haber llegado a ser una figura internacional, pero el destino de las bielas lo dejó definitivamente en la pista.
Morocho, ágil, lleno de vigor. De los que asombra cuando se echa sobre los hombros un par de pesas para conseguir más musculatura.
Durante diez años estuvo en las filas del bicicrós, pero un desencanto lo obligó a mirar hacia otro lado: la pista, especialidad en la que se destaca, años después, por ser uno de los más explosivos arrancadores del ciclismo mundial.
Sus sueños, primero estaban en la pista del BMX, pero se trasladaron a los óvalos en los que logró abrirse un espacio dentro del elenco de la velocidad de Colombia.
"Al principio creí que estaba de paso; que no era nada definitivo. Sin embargo, con los meses supe que me quedaría en la velocidad, en esa que sueño con ser campeón mundial", cuenta Rubén Darío Murillo, el More, de esos que levanta público en las tribunas de Cali; que lleva emociones y quien hoy espera tener buen papel.
Murillo, surgido de Apartadó, en Urabá, es la cuota del picante dentro del terceto nacional que hoy salta al óvalo de madera, seguramente en compañía de los caleños Leonardo Narváez y Santiago Ramírez, otro de los pisteros nacionales que se forjó en el BMX.
"En Cali me siento como en casa, porque la gente me apoya como al resto de compañeros", resalta Rubén Darío, quien está listo para afrontar el reto en el inicio del Campeonato Mundial de pista, que cuenta con la actuación de 349 pedalistas de 34 naciones.
Hoy, por la tarde-noche, Murillo y sus compañeros van rumbo a la clasificación de la velocidad por equipos; de damas y varones, al igual que la persecución de los caballeros y el scratch de las mujeres.
Murillo ajusta su segundo Mundial. Es cuota de inmensa fuerza, esa que dejó de ser bruta a pensada, para dicha del técnico John Jaime González, quien sabe que en el More está la alegría, el sabor, el tumbado del pedal, como si la salsa se bailara encima de una bicicleta. Por algo está en Cali
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