El pronunciamiento definitivo de las altas cortes sobre la reforma a la justicia será dado a conocer mañana, luego de haberse conocido la posición del Consejo Superior de la Judicatura, del Consejo de Estado, de la Corte Constitucional y de que finalice el análisis de la Corte Constitucional.
El presidente de este tribunal, Humberto Sierra Porto, explicó cuáles serán algunos de los temas que fijarán en su pronunciamiento los encargados de administrar justicia.
Sierra Porto indicó que el debate importante en este tema será el relacionado con el alcance del principio de favorabilidad, que afectaría a congresistas investigados por la parapolítica.
¿Cuál es la posición de las altas cortes frente a la reforma a la justicia?
"El Consejo de Estado manifestó que es inconveniente e inoportuna, igual que la Corte Suprema. Al Consejo Superior de la Judicatura lo que no le ha gustado es la propuesta de eliminar su sala administrativa.
La Corte Constitucional está estudiando el tema porque tendríamos el control de la reforma, si se aprueba. La idea es mirar la reforma y los aspectos comunes".
¿Cuáles son esos temas?
"No los puedo decir. Pero el elemento central es que hay unos aspectos al margen de lo que ha propuesto el Gobierno, que consideramos centrales y esenciales para la vida y el desarrollo de la Rama Judicial. Temas de presupuesto, ley estatutaria, lucha contra la impunidad y reformas que eventualmente son necesarias".
¿La comisión interinstitucional sugerirá cómo debe ser la reforma?
"Cada una de las corporaciones sienta su posición. El problema de la reforma es que son varios temas y la propuesta que trae el Gobierno está bien, pero cuando entre al Congreso cualquier cosa puede pasar".
¿Cree qué hay ambiente en el Congreso para que pase la reforma?
"El manejo del Congreso es tan impredecible que no podría decir qué va a pasar. No será fácil, porque las Cortes aún tienen discrepancias sobre el tema".
¿Qué genera esas discrepancias?
"El funcionamiento de las leyes y el alcance de las mismas los conoce la sala administrativa del Consejo Superior de la Judicatura, por eso el Ministro de Justicia debe tener una comunicación fluida con esta corporación, que es la que le brinda los insumos y propone las leyes que se deben hacer. Si el Ministro no está en consonancia con las Cortes, no puede formular unas políticas que sean adecuadas con las necesidades que tiene la administración de justicia".
¿Cómo recibieron la reforma?
"Nos sorprendió. El Ministerio tendría que ir de la mano junto con la rama para presentar las reformas. Nosotros somos los que tenemos que hacerla, pero como hay una discrepancia terminamos en un papel incómodo de oposición, no de manera política sino técnica.
El Ministro (Fabio Valencia) dijo: 'En 15 días la voy a llevar al Congreso, digan si les gusta o no', pero cómo va a funcionar la rama en el futuro no es una cosa de 15 días".
¿Cómo debe ser el perfil del Ministro?
"Especializado, una persona que maneje la política y sepa los detalles del funcionamiento de la administración de la Justicia; si no lo hace, tiene que tener un viceministro".
¿Eso esta faltando hoy?
"Pues sí. Cuando llegó el nuevo Ministro (Fabio Valencia) hubo un silencio sobre las políticas que se estaban siguiendo con el anterior Ministro".
¿La comunicación era más fluida cuando estaba Carlos Holguín Sardi?
"Claro, además nosotros teníamos la comisión interinstitucional. Era una colaboración armónica que estaba exenta del día a día. Muchos temas no volvieron a tratarse porque hubo cambio de Ministro y se propuso la reforma a la justicia".
En la reforma, ¿en qué consiste el principio de favorabilidad?
"El Presidente (Uribe) se dedicó a explicar cómo la reforma no supone un desconocimiento del principio de favorabilidad. Se establecería un sistema de juzgamiento con más garantías".
Un tema clave será el de la pérdida de investidura...
"La propuesta es la gradualidad en la pérdida de investidura. Si se aplicara la gradualidad, muchos congresistas que hoy están condenados y no pueden participar, en virtud del principio, quedarían rehabilitados".
Entonces ¿es falso que las reformas no van a afectar algunos procesos?
"No, lo que digo es que eso es un problema y por eso se dijo que solamente se aplicará en el futuro, pero una vez la presenten no se sabe cómo va a terminar en el Congreso".
¿Cómo ven la discusión acalorada que ha habido entre los poderes?
"Estamos preocupados y tratamos de no quedar ubicados en la dinámica gobierno-oposición. Es difícil, pero hemos tratado de guardar una prudente distancia. No podemos estar generando dificultades, sino solucionándolas".
La Corte Constitucional se creó como guardiana de la Constitución de 1991, pero en los 17 años que tiene lo que se ha hecho es tasajearla...
"Es cierto que en Colombia ha habido muchas modificaciones constitucionales; ahora, que eso signifique que se ha tasajeado la Constitución es un problema de percepción.
La Constitución aún está en un proceso de perfeccionamiento para que cada vez sea menos rígida. Las reformas las hace el Congreso o el pueblo, no las hace la Corte Constitucional. Lo que ésta hace es verificar si se respetan los procedimientos".
¿Estamos en mora de una nueva Constitución?
"La sociedad tiene que decidir si las reglas vigentes son útiles o no para el funcionamiento adecuado del poder. El hecho de que haya muchas reformas puede ser entendido como un desacuerdo y habría que hacer una nueva Constitución, si es posible. También puede ser que estemos en un proceso de adecuación y la cantidad de reformas no debe llevarnos a entender que las cosas están funcionando mal, sino que estamos buscando el modelo ideal. Soy partidario de esta idea, creo que tanta reforma expresa que el pueblo colombiano no traga entero y que busca las mejores formas para establecer la convivencia".
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