Hasta el domingo, silenzio stampa en manifestaciones públicas. Tiempo para pensar y repasar aquello que ofrecen los candidatos, pues, el domingo es clave para los próximos cuatro años con un nuevo gobernante. Voy a hacer un resumen de lo que pienso frente a los que puntean las encuestas. Ojo, lo hago de manera objetiva y no visceral ni sentimental. Una pequeña ayuda para que los ciudadanos del común no caigan en las percepciones sesgadas y distorsionadas, vociferadas por los antiuribistas y los furibistas. Los primeros con su fobia hacia los ocho años del gobierno Uribe, argumentando que estamos en el hueco y que necesitamos un cambio, y los segundos, asegurando con temor apocalíptico que cambiar el stablishment es ir derechito al Armagedón.
Juan Manuel Santos: si el presidente se nombrara por ejecución y metas, Juan Manuel tendría el derecho de piso ganado. La pregunta sería: ¿es el momento para cambiar o falta consolidar algo del proyecto Uribe? En ocho años quedó clara la necesidad de seguir adelante con la seguridad. No podemos dar papaya ante los bacanes, que son bastante peligrosos y quieren un territorio rojo, a punta de sangre. Ahora, ¿qué propone Juan Manuel? Sencillo, continuidad, con la obligación de quitar lunares negros y peludos. Cosa que no es fácil porque son bien peludos y enquistados. Haga un ejercicio: decante si usted se ha sentido bien estos años, si está convencido de que como lo estamos haciendo, la guerrilla quedará reducida a nada, y, por último, siente que necesitamos un cowboy que luche y diga ¡Hai-oh Silver! Si es así, no lo dude, su candidato es Santos. Si se siente incómodo y lo ve como intransigente y transgresor de la vida y la democracia, su opción no es por este lado.
Antanas Mockus: legalidad y educación. Así se resume esta propuesta para una patria manoseada por la corrupción y el irrespeto a la vida. Mockus propone respirar ante la saturación uribista. "Los furiosos ya tuvieron sus gobiernos: es hora de darles una oportunidad a los mansos", dijo Héctor Abad en su última columna en El Espectador . Discurso muy atractivo para una ola de jóvenes que ven a Colombia envuelta en la sordidez, como si fueran Emos. Entonces, la ola verde es redentora. Pero, no todo es color rosa, eh, perdón, verde, para no desentonar. Salidas en falso hoy hacen hablar a la gente de la incoherencia mockusiana: habla de temas económicos y sus asesores están pensando lo contrario. Dice A, pero quiso decir B y no lo entendimos, porque cuando trató de decir que era B terminamos pensando en C. Sin embargo, hay equipo que lo soporta y gente muy interesante a su alrededor. Sergio Fajardo es el mejor ejemplo: brinda toda la confianza por su seriedad y capacidad, contrario a lo que pasa con Santos, que tiene un candidato vicepresidencial útil para cautivar el sector obrero que, por definición, ve en él la típica imagen de un "chanta" (chanta: en lenguaje lunfardo, significa alguien que no es de fiar, que carece de palabra creíble). Mockus probablemente le ofrecerá grandes cosas al país, porque su propuesta es renovadora. ¿Es el momento histórico para dar un salto hacia lo que ofrece? Si la respuesta es sí, ese es su candidato.
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