El Mercosur está más solo que nunca. Así lo evidenció la cumbre que se realizó esta semana en Paraguay, donde sólo cuatro mandatarios suramericanos cumplieron la cita con la reunión semestral.
Las sillas vacías en el recinto destinado para resolver los asuntos urgentes de la región se volvieron paisaje y, ante la falta de acción, las conclusiones de la jornada parecieron tomadas de un guión: "El Mercosur renovó las intenciones de mejorar la integración entre sus miembros, ampliar su relación con el mundo y contrarrestar sus desequilibrios internos".
Los presidentes que acudieron a la cita fueron Rafael Correa, de Ecuador; Dilma Rousseff, de Brasil; Fernando Lugo (el anfitrión), y José Mujica, mandatario de Uruguay, quien recibió la presidencia temporal del grupo.
Los grandes ausentes: Sebastián Piñera, de Chile; Evo Morales, de Bolivia; Juan Manuel Santos, de Colombia; Ollanta Humala, de Perú; y Felipe Calderón, de México. Todos, líderes de países asociados al Mercosur, que enviaron sus respectivos representantes.
Faltaron también el presidente venezolano Hugo Chávez (quien se encuentra en Cuba por motivos de salud) y Cristina Fernández, que se recupera del golpe que sufrió por una caída en días pasados.
Y es que las convocatorias del Mercosur son vistas por algunos analistas como ceremonias llenas de protocolo que no dan soluciones contundentes a las problemáticas de la región y que no muestran el panorama real de los países miembros y sus mercados.
Alfonso González, líder de la representación paraguaya en el parlamento regional, aseguró que en 20 años del Mercosur ha sido testigo de "la arrogancia y la arbitrariedad de los miembros de alto nivel del grupo, los mismos que con su actitud imperialista imponen obstáculos para el desarrollo de las actividades productivas".
González denunció, además, una violación al Tratado de Asunción que en 1991 dio origen al esquema. En el documento se garantizaba la libre circulación de personas, bienes y servicios.
Luis Guillermo Patiño, director de la maestría en Ciencias Políticas de la UPB, no desconoció la importancia del Mercosur, pero sí resaltó que la unión subregional no es la misma desde la salida de Luiz Inácio Lula da Silva del gobierno brasileño.
"El Mercosur fue muy importante en el desarrollo económico de Brasil y gran parte del liderazgo lo representaba Lula. Dilma, en cambio, no ha podido asumir ese liderazgo y ese poder de convocatoria en los diferentes foros de discusión".
Patiño señaló que, sin embargo, el Mercosur es la unión más importante de América, después del Nafta. Por esa razón preocupa que la cumbre de Paraguay haya quedado en el aire, con más incertidumbres que certezas.
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