En su informe mundial contra las drogas, divulgado ayer, la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (Jife) organismo adscrito a la ONU, dió un tirón de orejas a los países que quieren flexibilizar su política antidrogas, por considerar que prácticas como la legalización van en contravía a la Convención Antinarcóticos de la ONU de 1961.
El documento, presentado en Viena por Raymond Yans, director de Jife, cuestiona iniciativas como la de Bolivia, que busca levantar las restricciones para masticar coca; la de Uruguay, que busca que el Congreso permita la siembra de marihuana, y los referendos en los estados de Colorado y Washington, en Estados Unidos, que legalizan el consumo con fines recreativos.
Según Yans esas iniciativas crearían una falsa sensación de seguridad y transmitirían un mensaje erróneo al público, en particular a los niños, en relación con las consecuencias del consumo de drogas para la salud. "Hay quien ha sostenido que esas propuestas eliminarían los mercados ilícitos y la delincuencia organizada relacionada con las drogas objeto de abuso", dijo.
El presidente de Uruguay, José Mujica, insistió en su defensa de la legalización del consumo y la siembra de marihuana, en vísperas de que el Congreso de su país comience el debate del proyecto.
"La multiplicación de los ajustes de cuenta y otras derivaciones cruentas, la propia composición carcelaria generada por estos delitos o conexos al flagelo del narcotráfico, dan cuenta —como en otras sociedades— que el camino de la represión como única respuesta está fracasando rotundamente", afirmó Mujica a la Secretaría de Comunicación de la Presidencia.
En el caso de Colombia, el investigador Gustavo Duncan, indicó que "el tema de la legalización pasa por creencias morales muy fuertes y esto se traduce en defensas y posiciones políticas muy claras. Hay sectores que tienen entre sus razones el querer seguir haciendo parte de su burocracia".
Los logros de Colombia
El informe de la Jife también fue presentado en Bogotá. El encargado fue Bo Mathiasen, representante en Colombia de la Oficina para las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Unodc), destacó que el nuestro es el país del mundo en el que más incautaciones de droga se realizan.
Este hecho fue atribuido por Mathiasen a la política del Gobierno Nacional y las autoridades de Policía en los últimos años. Precisó que como consecuencia de esta política, Colombia no solo dejó de ser el principal productor de cocaína del planeta sino que la droga que produce, no es de alta pureza sino que es mezclada con otros elementos.
A pesar del optimismo, Alfredo Rangel, director del Observatorio Seguridad y Democracia de la Universidad Sergio Arboleda, lamentó el giro de la política antidrogas del gobierno del presidente Juan Manuel Santos, lo cual se refleja en el incremento de áreas cultivadas cuando venía de una reducción notoria. "Ningún soldado ni ningún policía en Colombia querrá ser el último muerto en una guerra que su comandante en Jefe ha declarado perdida, inútil, que es lo que dice el Presidente en los foros internacionales"n
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