El 1° de junio de 2011, en el Salón Brasilia, del exclusivo Club El Nogal, en Bogotá, Rafael Mario Villa Moreno "reiteró la importancia de que la compañía gerenciada por el señor Crispín y Solución Maestra trabajen en conjunto todo el tema de los riesgos de cara a las cooperativas, para que estas nos vean como un solo bloque, además esto puede dar a las dos compañías poder de negociación".
Villa Moreno -expresidente de Noel y exasesor estratégico de EPM- era y es el gerente de Solución Maestra (SM), la firma que hoy está denunciada penalmente en la Fiscalía por clientes que le reclaman el pago de 3.000 millones de pesos, amén de otros 10 que presentaron quejas en las Superintendencias Financiera y de Sociedades, porque tienen en riesgo 10.000 millones de pesos que le confiaron en un negocio de libranzas.
"El señor Crispín" -al que alude Villa Moreno en el acta de Junta de SM- es Rafael Mauricio Crispín Velasco, gerente de Gestión Patrimonial, sociedad en la que la Superfinanciera estableció la irregular captación de dinero del público, en cuantía de 9.800 millones de pesos, y que posteriormente fue intervenida por la Supersociedades.
El mismo "Sr. Crispín" es hermano de Luis Crispín Velasco, gerente de Link Global S.A., la sociedad que también fue sorprendida por las autoridades en esas prácticas no autorizadas de captación de dineros del público y se comprometió ante la Supersociedades a devolverles a 284 clientes más de 17.943 millones de pesos que habían invertido en libranzas.
Los nexos de Villa y Crispín datan de mayo de 2010, cuando el abogado de la UPB y gerente de Concept Consultant le dio vida a otra empresa: Solución Maestra S.A.
Uno de los invitados a esta sociedad fue Juan Felipe Campuzano Zuluaga, actual concejal de Medellín. Su enlace fue Carlos Arturo González Villa, exgerente regional de la comisionista de bolsa Ultrabursátiles. En una reunión en Bogotá, le contaron que Rafael Crispín y Carlos Eduardo Kuan Acosta eran los que tenían conocimiento del negocio, que había una firma, Gestión Patrimonial, que iba muy bien y que los socios industriales tenían entrada a las cooperativas, a las que les comprarían las libranzas, para luego venderlas a terceros.
Campuzano salió de la escena un mes después, pero su operación solo quedó registrada en las actas de SM el 26 de agosto, o sea dos meses más tarde. "Ni invertí ni recibí un peso de utilidad", afirma el político.
Un capital limitado
Los que se quedaron aportaron un modesto capital de 200 millones de pesos, con el que harían desde el corretaje de créditos y la compraventa de cartera hasta el cambio de cheques.
El propio Villa Moreno, en la junta del 1° de junio de 2011, reconoció el papel jugado por los dos "cerebros" -Crispín y Kuan- para el montaje de Solución Maestra.
Están de nuevo en El Nogal y la falta de plata los acosa. Villa Moreno recordó que Solución Maestra comenzó con 150 millones de pesos, porque los otros 50 millones "fueron un aporte de Know How dado por el grupo que lidera el Dr. Carlos Kuan. Después hubo una capitalización de la compañía por $50 millones y un crédito por $400 millones".
Además de su experticia en libranzas, Kuan es gerente de Rodaquímicos Ltda. Esta firma se dedica a la fabricación y compraventa de productos químicos y opera en la Calle 14 N° 14-13, de Bogotá.
Lo que al comienzo pintaba como un negocio tan seguro como rentable, y que como tal se vendió a los clientes que compraban las libranzas, mostraba para ese junio de 2011 un panorama gris. De un lado, porque quienes les habían prestado 400 millones de pesos, estaban "pidiendo la devolución de esos dineros a la mayor brevedad".
Con un agravante, descrito en las mismas actas: si las ventas de libranzas tuvieran un promedio mensual de 1.500 millones de pesos, había que solucionar un faltante de capital de 615 millones 684.000 pesos. Pero si las ventas fueran de 2.500 millones de pesos mensuales, entonces el hueco sería de 1.453 millones 844.000 pesos.
Como alternativa, Rafael Crispín propuso conseguir un interesado -y ya tenía uno- para que fondeara a SM, a cambio de una participación en las utilidades de una o varias operaciones.
A Luis Pérez Gutiérrez, exalcalde de Medellín, le ofrecieron una operación como esta. El emisario fue Carlos Adolfo Mejía ("Talo), excomisionista de bolsa y exaccionista de Proyectar Valores. Pérez, según uno de sus abogados penalistas, se interesó, pero como no se concretaron las garantías hipotecarias que pedía, no se montó en esa inversión.
La necesidad de recursos de SM tenía cara de perro. Para Villa Moreno lo mejor era que se tomaran créditos, pues podían honrar intereses entre el 1,5 y el 1,8 por ciento mensual. Un analista financiero consultado por este diario, señala que esas son "tasas desesperadas", pues quien toma plata al 1,7 por ciento, paga un 22,42 por ciento anual efectivo. Eso se califica como "brutal", pues a una empresa sólida, del sector real, un banco le puede prestar al 8 o 9 por ciento. El analista financiero expresa que a quien le den semejante tasa, del 22,42 por ciento, o sea el fondeador, está loco si no pide garantías de primera.
Con todas y sus debilidades de capital, la compraventa de libranzas continuaba. La norma, escrita en las actas, es que SM ofrecía rentabilidades superiores a las del líder del mercado. Sus tasas internas de retorno (TIR) eran del 16,02 por ciento para inversiones a 14 meses de plazo y del 28,54 por ciento a 62 meses.
También se registraban problemas con las cooperativas, que eran las que les prestaban dinero a los soldados y policías y luego tomaban esos pagarés libranzas y se los vendían a Solución Maestra. Como respuesta a este tipo de escollos, Rafael Mario Villa Moreno propuso que se trabajara "como un solo bloque" con la firma de Crispín, o sea con Gestión Patrimonial.
El reclamo de capital fresco era reiterado, máxime cuando las libranzas les iban demostrando a los mismos "cerebros" y a SM que la siniestralidad no era del 2 por ciento, sino que pasaba del 10 por ciento.
Actas que luego revelará este diario, indican que lo "pulpito" para SM eran los clientes institucionales, muy exigentes a la hora de medir el riesgo de los librados; lo que estos no tomaban, era ofrecido a terceros obsesionados con los elevados intereses.
Este diario consultó la opinión de Villa Moreno sobre sus nexos con Crispín y Kuan, pero no recibió respuesta.
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