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"Los magistrados fueron valientes"

LA VIUDA DEL magistrado Alfonso Patiño Roselli recuerda las amenazas de los Extraditables antes de la toma del Palacio. Promueve el perdón.

  • "Los magistrados fueron valientes" | Archivo | El entonces presidente de la República, Belisario Betancur Cuartas, le da el pésame a María Cristina Zuleta de Patiño, viuda del magistrado Alfonso Patiño Roselli, en la ceremonia religiosa tras el holocausto, el 10 de noviembre de 1985.
    "Los magistrados fueron valientes" | Archivo | El entonces presidente de la República, Belisario Betancur Cuartas, le da el pésame a María Cristina Zuleta de Patiño, viuda del magistrado Alfonso Patiño Roselli, en la ceremonia religiosa tras el holocausto, el 10 de noviembre de 1985.
05 de noviembre de 2010
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La mañana no fue como las otras. El magistrado Alfonso Patiño Roselli estaba preocupado. Ese día, el 6 de noviembre de 1985, debía presentar la ponencia que declaraba la exequibilidad del tratado de extradición con Estados Unidos en la Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia.

Patiño le dijo a su esposa, María Cristina Zuleta, "hoy es un día muy peligroso. No me llames. Yo te voy a llamar. Por la tarde te cuento".

Tras despedirse, los dos partieron a sus trabajos. Él, al Palacio de Justicia, donde ejercía como presidente de la Sala Constitucional de la Corte, y ella a la Cancillería, donde ocupaba el cargo de directora del Fondo Rotatorio de ese ministerio.

María Cristina recuerda que su esposo estaba muy preocupado porque le habían quitado la guardia al Palacio y las amenazas de los Extraditables cada vez eran más feroces. "Teníamos todos los teléfonos interceptados", recuerda.

Cuando sonaron los primeros disparos en el Palacio de Justicia, con la toma del M-19, ella pensó en la negativa de su marido a pasar unos días de descanso en Argentina. Después todo fue dolor. Desde la ventana de su oficina, en el Ministerio de Relaciones Exteriores, pudo observar cómo el horror caía sobre la justicia colombiana y se llevaba, de paso, la vida de su esposo.

En la toma del Palacio de Justicia fueron asesinadas 94 personas y 11 más desaparecidas.

EL COLOMBIANO habló con María Cristina Zuleta de Patiño, viuda del magistrado Alfonso Patiño Roselli, sobre los acontecimientos de hace 25 años y los recuerdos que hoy están más vivos que nunca. Ella destaca la valentía de su marido y los otros magistrados y empleados de la justicia que fueron asesinados en la toma.

Los días previos a la toma del Palacio fueron muy duros para usted y su esposo, ¿cómo recuerda esa presión que ejerció la mafia en contra de la Sala Constitucional de la Corte?
"Había demandas de los abogados de los extraditables para tratar de tumbar el tratado de extradición. Les llegaron amenazas a los cuatro magistrados de la Sala Constitucional, que después fueron asesinados: Ricardo Molina, Carlos Medellín, Manuel Gaona y mi esposo.

Nos hacían llegar sufragios. Fueron días muy difíciles. A ellos les decían que si no tumbaban el tratado correrían la misma suerte que Rodrigo Lara Bonilla".

La posición del magistrado Patiño Roselli fue siempre muy firme en torno a la extradición, ¿cómo la recuerda?
"Él radicó su ponencia el 5 de octubre de 1985. Nunca me avisó que lo había hecho para no alarmarme. Meses después de su muerte encontré las copias de esa ponencia radicadas en la Corte. Las llevó a la casa porque estaba seguro de que lo habían infiltrado, por eso nunca daba a conocer el orden del día. Siempre dijo la que Constitución no se debía cambiar por amenazas. La ponencia tenía un punto central que decía que la Ley había sido sancionada por Germán Zea, como ministro delegatario, en tiempos del presidente Julio César Turbay Ayala, y la discusión se centraba en que entre las funciones asignadas al ministro Zea no estaba la de sancionar leyes. Alfonso, que era muy serio en sus análisis, concluyó que el ministro Zea sí estaba autorizado para sancionarla".

Usted desde el primer momento dijo que no iba a demandar al Estado por la muerte de su esposo, ¿por qué tomó esa decisión?
"A la pérdida y la ausencia de mi marido no le podía poner precio con operaciones matemáticas. Comprendo y respeto que muchas personas y familias lo hicieran. Cada caso es muy especial".

¿Cómo vive este episodio 25 años después?
"Son recuerdos muy difíciles porque sacuden las estructuras. Siento que el país ha concentrado la atención en temas como los desaparecidos y el coronel Alfonso Plazas Vega olvidándose de lo fundamental que eran los magistrados. El jueves pasado, en el acto de homenaje, en el nuevo Palacio de Justicia, se habló del valor de ellos. Eso lo agradezco".

¿Qué piensa del pronunciamiento del Tribunal Superior de Bogotá de declarar los crímenes de los civiles, como el de su esposo, de lesa humanidad?
"Yo sí creo que son crímenes de lesa humanidad. Al día siguiente de la toma me llamó Juan Gossaín a darme el pésame y me dijo que yo tenía que contarle la verdad la país. Ahí hablé de lo que pensaba de la alianza del M-19 con el narcotráfico. Después le echaron tierra a eso y el tema se sepultó. También porque era muy peligroso y con los narcotraficantes no era jugando. Solo al cabo de los 20 años, la Comisión de la Verdad revivió el tema y dijo que entraron a buscar directamente a los magistrados. Me duele que ahora están recordando a los magistrados solo por haber muerto. Ellos eran unos profesionales excepcionales. Creo que al cabo de 25 años deberíamos pensar en el valor de la justicia".

Deja usted muy marcado el sentimiento de reconciliación.
"Sí, porque pasan los años y esos sentimientos de venganza van recogiendo más violencia como una bola de nieve. Pienso que en Colombia si seguimos sacudiendo los odios nunca vamos a lograr la paz. Le agradezco a Dios que nunca he tenido sentimientos de odio ni de venganza".

¿Qué pensó cuando el gobierno del presidente Virgilio Barco indultó al M-19?
"Fueron sentimientos atravesados. Por un lado, decir cómo no sancionar este crimen y, por el otro, el deseo de no seguir con esta guerra de odio y venganza que es lo que nos ha matado en este país".

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