El abuelo Pomponio, un campesino que, en otros tiempos, hizo de titiritero de un circo, maravilla a dos niños, Lilita y Capeto, con sus historias.
Les cuenta que en esos tiempos del circo había otro titiritero, cruel con los muñecos desobedientes y, como castigo, los enviaba en globo aerostático hasta la Luna para que allí, los habitantes del satélite natural, los lunáticos, los convirtieran en zombies...
Ésta es una parte de la trama de Sueño en la Luna, el viaje teatral de la Oficina Central de los Sueños para los domingos de julio, comenzando por el de hoy.
Un cuento escrito por el director de este grupo, Jaiver Jurado, en el que los sueños y la realidad se funden.
Los seres de carne y hueso y los muñecos se confunden.
Los muñecos sueñan y aparecen entonces sombras chinescas.
"Al principio de esta creación -cuenta Jaiver- pensábamos hacer algo sencillo; luego se fue volviendo una obra compleja técnicamente", no en cuanto al relato, que niños y grandes siguen con facilidad y de manera divertida.
Compleja en su montaje, porque incluye varios recursos: títeres, títeres que manipulan a otros títeres, sombras chinescas, música en vivo creada especialmente para Sueño en la Luna.
"Nuestra idea es que no se puede hacer un teatro facilista cuando se trata de un público básicamente infantil -reflexiona Jurado-. Si le metemos toda la energía y la creatividad al teatro llamado para público adulto, tenemos que exigirnos igual en el de niños".
Lilita, Capeto y Pomponio
Belsy Ruiz es una actriz que lleva más de tres años en la Oficina Central. Actúa también en Van Gogh, un montaje que también está en cartelera, de jueves a sábado. Cree que, como sucede con casi todas las obras, con el paso de las funciones, el Sueño en la Luna va adquiriendo más ritmo y los personajes aparecen más sueltos y espontáneos.
Y es que este trabajo, si bien ahora viene a tener una temporada más en firme, fue estrenado hace varios meses, pero su serie de presentaciones se interrumpió por un viaje intempestivo del grupo a Cartagena, adonde fue invitado para participar en un certamen artístico.
Estefanía Escudero, debutante en escena, tiene estudios de diseño, los cuales le sirvieron para proponer el vestuario de los títeres.
El abuelo es Carlos Ríos, quien en casi cinco años con el grupo, tiene también personaje en Fin de viaje, cree que esta obra es exigente para los actores, especialmente por la variedad de recursos artísticos que se utilizan.
"Siempre hago de viejo -dice-. Empezando por José Asunción Silva, en Fin de viaje, que tiene 150 años".
Pico y Placa Medellín
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