La fórmula del diseño era clara: con el mínimo de material laminar, como triplex, MDF o cartón industrial, y sin utilizar pegantes ni tornillos, debían diseñar y fabricar una silla que fuera resistente, cómoda e innovadora.
El resultado se mostró esta semana en la presentación de 50 modelos de sillas para el hogar fabricadas por estudiantes de segundo semestre de Ingeniería de Diseño de Producto, de Eafit, del curso Proyecto 2.
El profesor Santiago Gil explica que uno de los objetivos del ejercicio era "acercar mucho más a los estudiantes a la reutilización de materiales y a su optimización". Un concepto muy a tono con la onda ecológica y el cuidado del medio ambiente.
Asimismo, comenta Luis Fernando Patiño, docente del curso, "la idea era que exploraran la ergonomía, las tecnologías de material laminar como el corte con sierra y láser, y que no utilizaran pegas ni adhesivos".
Es por eso que las sillas son hechas a partir de cuidadosos ensambles y la mayoría cumpliendo otra premisa de diseño: evitar al máximo el uso de pintura.
"Queríamos que el material se utilizara como sale de fábrica, que se mostrara tal y como es", señala Santiago Gil, quien cuenta que esto es algo que se ve en la arquitectura, donde en muchos casos se dejan los materiales a la vista.
"Un ejercicio para explorar la creatividad y crear sillas radicales e innovadoras", concluye Luis Fernando Patiño. Aquí, una muestra del resultado.
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