El presidente Barack Obama prometió ayer "detectar y perseguir" a los evasores de impuestos además de investigar sus refugios fiscales en el extranjero.
El presidente realizó los comentarios al anunciar un nuevo plan para reformar el sistema fiscal y cerrar fisuras legales que permiten "pagar menos impuestos si se crea un puesto de trabajo en Bangalore, India, que en Buffalo, Nueva York".
Inmediatamente, los grandes grupos empresariales dijeron que la propuesta del presidente los harán menos competitivos, sin embargo, el Gobierno argumenta que las medidas disminuirán los abusos.
Obama, cumpliendo una promesa de campaña, pretende recaudar 210.000 millones de dólares en 10 años, mediante la revisión de una política de impuestos que permite que las compañías globales difieran las ganancias obtenidas en el extranjero y con vacíos legales que dejan que algunas empresas escondan sus filiales.
Una amplia gama de empresas, desde bancos y fondos de cobertura hasta farmacéuticas y tecnológicas, serán afectadas por los cambios, dijeron expertos.
"Esto realmente golpea a la mayoría de las firmas que integran el listado Fortune 100 y que dependen de un acuerdo sobre crecimiento en el exterior para aumentar sus ganancias", dijo Drew Lyon, de PricewaterhouseCoopers asesora en impuestos.
El secretario del Tesoro, Timothy Geithner, en una presentación con Obama dijo que el actual sistema es "indefendible".
Algunos expertos tributarios advirtieron que los cambios podrían generar incentivos perversos, como ventas de filiales en el extranjero y movimientos a paraísos fiscales para escapar de los impuestos.
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