El presidente ruso, Dmitri Medvédev, no niega que le gustaría un segundo mandato al frente del país, pero descarta una lucha por ese puesto con su predecesor y hoy primer ministro, Vladimir Putin.
En una entrevista con el "Financial Times", Medvédev señaló que si se cumpliese su deseo, introduciría un sistema político más competitivo, algo esencial, según él, para realizar la modernización económica que desea para el país.
"La competencia política es necesaria para el desarrollo económico", afirma el presidente ruso, según el cual habría que eliminar ciertos elementos de la democracia "dirigida" y de un sistema económico dominado por el Estado que introdujo en su día su predecesor y mentor.
Incluso da a entender que eventualmente podría volverse a las elecciones a gobernadores de las 89 regiones de Rusia, cuya eliminación fue clave para la centralización del poder que llevó a cabo el propio Putin.
Medvedev insiste en que, pese a ciertas señales de desacuerdo entre él y Putin, "sería totalmente inapropiado afirmar que hay una brecha creciente" entre ambos políticos.
Según Medvédev, sería "difícil de imaginar" que él y Putin compitiesen el próximo año por la presidencia del país.
"Vadimir Putin y yo -y Vladimir Putin es mi colega y un viejo amigo- representamos en buena medida la misma fuerza política. Y por tanto el que compitiésemos sería nocivo para las tareas y los objetivos que tenemos por delante", explica.
Medvédev se muestra contrario a un sistema de "capitalismo autoritario" al señalar: "En algunos países se da una coexistencia bastante exitosa entre economía de mercado y limitada competición política. Pero eso no es para nosotros".
Según el "Financial Times", en su entrevista, pese a negar diferencias con Putin, Medvédev se muestra como un enérgico crítico del capitalismo de Estado que marcó la presidencia de su predecesor.
Al mismo tiempo, se pronuncia por la autorregulación de la economía aunque reconoce que los mayores obstáculos para la aplicación de su política están en la mentalidad de los burócratas.
"Nuestro principal enemigo está en nosotros mismos. Por diversas razones, la gente de este país ha depositado siempre sus esperanzas en un zar benévolo, en el Estado, en Stalin, en sus dirigentes, pero no en ellos mismos", dice Medvedev, según el cual no se cambiará esa mentalidad sólo firmando decretos.
Otra diferencia con Putin es política, escribe el FT, pues mientras que la Rusia de aquél desarrolló un sistema de "democracia dirigida", Medvedev aboga por una forma de hacer política más competitiva y descentralizada.
La tercera diferencia entre ambos parece ser ideológica, comenta el periódico: Putin es un producto del sistema soviético en cuanto a mentalidad y reflejos políticos, pero Medvédev tenía 26 años cuando se hundió la Unión Soviética y ha pasado la mayor parte de su vida en el mundo post-soviético.
Medvédev deja claro además en la entrevista que no comparte la opinión de su mentor en el sentido de que "la mayor catástrofe geopolítica" del siglo XX fue la disolución de la Urss.
"El colapso de la Unión Soviética se produjo casi sin derramamiento de sangre. No estoy de acuerdo con eso aunque se tratase de un acontecimiento muy difícil y grave para muchas persona", dice Medvédev.
El diario británico se muestra, sin embargo, escéptico sobre las posibilidades de reelección de Medvédev incluso si Putin le dejara presentarse como el candidato del Kremlin a un segundo mandato.
Como señala un veterano analista, su retórica liberal sobre la economía no atraería seguramente a más del 15 % del electorado y, de ser reelegido, tendría muchas dificultades para aplicar su programa.
