Las diversas gamas de verdes y suaves colinas del Valle de San Nicolás resultan sobresalientes cuando se les aprecia desde lo alto, no desde un avión que rápidamente se remonta entre las nubes, sino de la nueva torre de 40 metros de altura que ayer inauguraron en el Parque Comfama de Rionegro.
Y justo cuando uno está embelesado con el paisaje la realidad lo trae a uno de vuelta a la tierra en una caída libre donde se alcanza una velocidad de 75,6 kilómetros por hora que produce la sensación de gravedad cero en la que, durante una fracción de tiempo, uno se siente flotar.
Así es la emoción que varios cientos de antioqueños vivimos ayer con la apertura de la Mega Caída, la nueva atracción de sensación extrema que hace parte del programa de renovación de los cinco parques de Comfama en los que se tiene prevista una inversión superior a los 35.000 millones de pesos para garantizarles a los afiliados y usuarios unas instalaciones modernas, con tecnología de punta y con muchas posibilidades para el goce de las familias.
"Nosotros inventamos la diversión masiva en el siglo 20 y ahora, en el siglo 21, la estamos reinventando trayendo nuevas aventuras y lo más destacado de los parques internacionales", señaló María Inés Restrepo de Arango, directora de Comfama.
Agregó que el Mega DROP es, desde ya, el ícono de la Caja y anticipó la pronta apertura de otra nueva atracción en los lagos del parque de Rionegro, con mucha lúdica, música y danza, así como la pronta apertura del Núcleo Arví, en Santa Elena.
Mientras ella explicaba los proyectos de crecimiento de la entidad, la adrenalina seguía creciendo entre los usuarios. Muchos se echaban la bendición antes de subir y gritaban mientras el equipo de seguridad aseguraba sus puestos y comenzaba el lento ascenso que dura 45 segundos.
Vértigo y adrenalina
Con música de suspenso y el rugir de una sirena se presiente el momento de la caída que ocurre cuando uno menos lo piensa.
En ese momento de vértigo una gran mayoría cierra los ojos y se encomienda a Dios, otro tanto grita a voz en cuello y algunos simplemente levantan los brazos y viven a plenitud la experiencia con una gran sonrisa.
En lo que sí coinciden casi todos, tanto los que suben como los que esperan en tierra, es en la infaltable expresión de "la grande". Una vez abajo y tras recobrar el aliento, las manifestaciones de júbilo no se hacen esperar.
"¡Se me fue todo! ¡Tócame el corazón!", decía Laura Castrillón mientras apoyaba su mano en el pecho, reconocía el susto que todavía tenía pero las ganas de volverlo a repetir.
Su hermanito Federico destacó el suspenso tan grande que vivió y "el vacío en el estómago. Me dio susto pero me pareció muy bacano!", dijo con una sonrisa nerviosa aún.
Para Huber y John Gómez en cambio, esta experiencia "¡fue adrenalina total!". Ambos estaban felices y se gozaron la caída con los ojos y los brazos abiertos.
"Arriba el paisaje es espectacular y aunque no cerré los ojos, se baja tan rápido que lo único que uno ve es un rayón", precisó John Gómez.
Y aunque Graziano Bellini no vivió la experiencia de la Mega Caída en vivo y en directo, - "yo no monto, por principio prefiero mirar"-, gozó parejo con la gente. Él es el representante de la firma italiana que montó la atracción y sonreía feliz al destacar la seguridad de la torre 34 que tienen en el mundo.
Pico y Placa Medellín
viernes
0 y 6
0 y 6
