Édison Toloza se cansó de pintarle la cara a los defensores de Nacional. El morocho, escurridizo en cada balón que le llegó a sus pies hizo y deshizo en la tormentosa noche verdolaga en el Atanasio. En el frente de ataque el jugador del equipo capitalino fue incontrolable para Román Torres y Stephen Barrientos.
Y tan incontrolable fue el delantero de Millonarios que Barrientos no tuvo otra opción que derribarlo a los 27 minutos del segundo tiempo y ganarse la cartulina roja. Para ese momentos Nacional era un mar de confusiones. Ya Imer Machado, juez central, le había mostrado la misma tarjeta a Daniel Torres, volante verdolaga.
La noche, en el gramado del Atanasio Girardot, se le vino encima muy temprano a Nacional, a los ocho minutos de iniciado el juego y tras un centro de Toloza, Luis Mosquera definió solo ante el arco que defendía Gastón Pezzuti.
En desazón y tristeza terminó lo que se esperaba fuera el resurgir del equipo verdolaga que hoy por hoy está fuera de los cuadrangulares finales. El verde no dio pie con bola en ninguna de la líneas del terreno de juego y se derrumbó como un castillo de naipes sin control.
Ni defensores, ni volantes, ni delanteros atinaron en el juego que observaron 20 mil espectadores. Los dirigidos por Santiago Escobar sucumbieron ante el equipo de Bogotá que viene de ser campeón en la Copa Postobón.
El moño de la fiesta, que terminó armando Millonarios, lo puso Toloza (84’) de penal, luego de la falta cometida por Estefan Medina que ingresó en los últimos minutos del encuentro.
Así se cerró la mala noche para el conjunto verdolaga que quedará para el olvido. Ahora le toca, de manera obligatoria, retomar el camino de la victoria por fuera de casa para aspirar al selecto grupo de los ocho. El próximo reto, Real Cartagena en la heroica.