En el estadero La Punta, en el sector de San Nicolás, apenas si se podía respirar una especie de vaho. La leve brisa que corría no era suficiente y se perdía entre los costales con mercados y la gente que los rodeaba a la espera de recibir alguno.
Cuando hay lluvias, la cabecera municipal de Nechí se afecta en un 90 por ciento. La última ola invernal dejó 5.600 familias afectadas, es decir, más de 16 mil personas de las 26 mil que habitan en esta localidad del Bajo Cauca antioqueño.
El jueves fue día de entrega de ayudas para hogares priorizados: 250 paquetes con víveres y kit de aseo, gracias a la ayuda de entidades como Colombia Humanitaria, el Dapard y el Clopad de Nechí. Llegaron muchos, pues son 700 hogares los que los requerían con mayor urgencia, pero esta vez no alcanzó para más.
Se hacen esfuerzos cuenta el secretario de Gobierno, Jaime David Castañeda, pero se enfrentan a la impotencia de no poderlos cobijar a todos. En los últimos cuatro años, por ejemplo, entre dineros estatales, departamentales y locales, se han invertido unos mil millones de pesos en obras de mitigación.
María Ester Carrillo tendrá su bebé el 21 de septiembre, justo en el momento en el que saben que arreciarán las lluvias y eso la hace temer. Vive en el sector de Las Palmas que siempre sufre y en donde ahora se espera que las consecuencias sean menores por las labores de canalización de caños y de levantamiento de las calles.
"Durante más de dos meses estuvimos metidos entre el agua, el pantano, los zancudos y hasta conviviendo con culebras y sapos".
A Nechí lo afectan dos problemas principalmente: las inundaciones y la erosión. El Secretario de Gobierno explica que para impactar en ellos, trabajan en seis proyectos, como un relleno hidráulico; un dique entre las veredas La Esperanza y Plan Bonito; y el mismo acueducto municipal, que va en un 60 por ciento de ejecución, y que esperan entregar a finales del año.
Lograron reubicar 42 familias en la urbanización Alto San Miguel y quieren extender una muralla de 1,8 kilómetros en otros 1,2 hacia la zona de San Nicolás. Además, le solicitaron al Dapard 15 mil costales para construir más barricadas.
Las canalizaciones le parecen a Johana Díaz, habitante de Las Palmas, una idea muy buena, porque siempre se rebosa. "Pero, como la gente ya sabe, arma sus balsas".
Incomunicados
Una de las secuelas más graves de inviernos pasados fue el daño en la vía que comunica con Caucasia. El río se llevó siete kilómetros de carretera secundaria entre Nuevo Mundo y Colorado.
Desde Caucasia, la alternativa es ir en carro hasta el corregimiento de Colorado y allí tomar una lancha. Un viaje más dispendioso y caro.
El agua acompañó a los habitantes de muchas casas en Nechí, incluso hasta julio. Olga García afirma que en la parte más dura de las lluvias dejó su casa, pero una vez bajó la creciente, regresó. "Nos quedamos sin ropa, se ahogaron las gallinas y el pato, pero, finalmente, es el único hogar que tenemos".
Más apoyo es lo que pide Danielly Mercado, líder del barrio El Redentor. Allí todavía tienen las calles empantanadas, se afectaron los cultivos de plátano y los niños aún están enfermos.
Ana Isabel Ramos que quedó viuda y vela por sus hijos perdió la fritadora y la máquina de moler con las que preparaba productos para la venta. Sabe que el agua llegará pronto. "Vamos a ver qué se hace con ese pedacito de rancho". Por ahora, se lo entregará todo a Dios, porque no quiere volver a perder todo. Depende, dice, como siempre, de un milagro.
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