Si ese "te amo mamá", la derrite, con seguridad cuando escuche un "I love you mommy" la dejará más enamorada y por supuesto, sorprendida. Tal vez, eso signifique que su hijo es de que aquellos que con apoyo del jardín infantil inició su formación en una segunda lengua.
Ya sea inglés, francés o alemán, los expertos coinciden en que aprender otro idioma tiene dos factores importantes: iniciarlo desde la primera infancia, e ir de la mano con el fortalecimiento de la lengua materna, en nuestro caso, el español.
Precisamente, para Sandra Restrepo, licenciada en educación preescolar, y actual coordinadora académica de The New School, el momento preciso es esa época en que el pequeño aprende sus primeras palabras, incluso desde el mundo parental, o sea, cuando sus papás están con él.
"Si la mamá le habla en inglés y el papá lo hace en español, el niño va construyendo el bilingüismo a través de un vínculo afectivo, lo que lo hace más fuerte. La ventaja de enseñarles desde pequeños es que ellos no se preguntan el por qué la profesora cada mañana los recibe con un good morning. Lo que ellos hacen es asociarlo al saludo como lo hacen con el buenos días", sostuvo la licenciada Restrepo.
¿Cómo se hace?
Las metodologías son diversas. Diana Vásquez, coordinadora del preescolar Only Kids, explicó que la enseñanza de la segunda lengua en etapa preescolar inicia desde lo concreto. El niño aprende de lo que vive y escucha, apoyado en imágenes, canciones y juegos.
"Nos basamos mucho en estructuras y comandos. Se trata hasta el máximo de no hablarles en español, sino que con el gesto del docente el estudiante tome el significado", indicó Diana.
Otras estrategias se basan en lo que llaman los juegos de roles, o role play, donde los niños simulan ser médicos o abogados y de esta manera aumentan su vocabulario tanto en español como en otro idioma. Así lo cree Johana Marcela Restrepo, licenciada en idiomas y docente del Centro Educativo Los Pioneros, quien recalcó que esas actividades deben ser interesantes y significativas, centradas en el alumno, "que reflejen sus intereses y necesidades".
Papás, no tengan miedo, sus hijos les agradecerán en un futuro haberlos encaminado en un segundo idioma. Tengan en cuenta que con apoyo de profesionales y una formación sólida en la lengua materna, tendrán en pocos años a un bilingüe en su casa.
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