Los que nacimos en estas tierras llevamos en la sangre la soledad por la grandeza de antes y la melancolía de las grandes civilizaciones. A donde quiera que vamos nos sentimos en casa, nos custodia el mar desde México hasta la Patagonia, y en el sur permanece siempre altiva e imponente "la de greña oscura", como le diría Mistral a Los Andes en uno de sus poemas.
Nosotros que peleamos codo a codo. Nosotros los nietos de los que cabalgaron por las empinadas cimas en busca de la libertad, ¿A qué llamamos ser latinoamericanos? Somos hermanos porque nos hemos construido juntos y tejemos historia juntos, por encima de los lazos sanguíneos que entretejieron aztecas, incas, mayas, guaraníes y chibchas. Entonces, ¿Por qué anteponemos intereses personales de gobernantes al clamor de nuestra sangre? Me hago esa pregunta ahora con las complicadas relaciones diplomáticas.
¡Ay Latinoamérica! Eres mi tierra y así te he sentido viendo el panorama que alguna vez vio Quetzacoátl desde lo más alto de la Pirámide del Sol, rodeada del blanco verdor de la Sierra Nevada de Santa Marta, en Valparaíso sintiéndome una "Marinera en Tierra" contemplando el mar, y desde la Pampa viendo el sol fusionarse con el verde.
Somos pueblos soberanos para defender nuestro territorio, ¿pero lo somos para ser independientes en nuestras actuaciones? Nicaragua rompe relaciones con Colombia por solidaridad con Ecuador, ¿pero no hay solidaridad con Colombia cuando también son nuestros hermanos? Los ecuatorianos se indignan en todo su derecho por 1.800 metros, ¿pero a caso no les duele las víctimas, si es también su sangre la que clama justicia?
¿Es eso solidaridad? Yo les pregunto: ¿Qué significado tiene decirnos hermanos latinoamericanos? La hermandad se traduce en contar el uno con el otro, y todos con el otro. Si somos un solo pueblo desde el Río Grande hasta La Tierra del Fuego, contemos los unos con los otros, "no hasta dos o hasta diez, sino contar" con todos. Si no podemos contar los unos con los otros con la incondicionalidad del poeta uruguayo, entonces padeceremos por siempre una nueva versión de "La Soledad Nostálgica" de la que habla Gabo.
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