Perseguir a "Pantera" ha sido un dolor de cabeza para la Fuerza Pública, la Presidencia, el poder judicial y decenas de víctimas en Antioquia y Córdoba.
Los últimos funcionarios en padecerlo son Adán Artuz Rivas y Sofanor Antonio Montes, director y subdirector del Establecimiento de Reclusión de Montería, despedidos por el general Gustavo Ricaurte, director del Inpec.
La causa fueron las presuntas irregularidades en el traslado de cuatro internos de alta peligrosidad, el pasado 5 de julio, los cuales eran conducidos en una camioneta con cinco guardianes.
Cuando transitaban por el municipio de Tarazá, una veintena de mercenarios con fusiles rescató a los presos, hiriendo a los servidores públicos. Entre los fugados está Óscar Galvis Agudelo, alias "Pantera".
El Inpec también decidió suspender temporalmente a dos empleados de la Subdirección de Seguridad y Vigilancia, "para evitar la posible interferencia en la investigación o que sigan cometiendo la falla".
Sacando las garras
Fuentes policiales indicaron: "Comenzamos a saber de ‘Pantera’ tras su desmovilización con el bloque Central Bolívar (2005), la gente lo describía como un sanguinario cabecilla de escuadra en el Bajo Cauca".
En 2006 le incautaron un revólver 38 y en 2007 lo vieron rondando el Vichada, en una cooperativa de seguridad.
Cuando el fenómeno de las bandas emergentes llegó al Bajo Cauca en 2008, "Pantera" se alineó con "los Paisas". Y cuando ese grupo se dividió, pasó a "los Rastrojos", a órdenes de Ángel Pacheco, alias "Sebastián".
Con ese patrón ascendió en la estructura, hasta convertirse en el segundo al mando, generando la envidia de exparamilitares más antiguos que lo veían como el "hijo mimado" del jefe.
Para la Policía, habría participado en masacres en la guerra contra "los Urabeños", así como el cobro de extorsiones en el sur de Córdoba y el Bajo Cauca. El general (r) Óscar Naranjo llegó a definirlo como "el verdadero terror al servicio del narcotráfico en esa zona".
En junio de 2010, el Ejército lo sorprendió con siete secuaces y un arsenal en una hacienda de Caucasia. Lo puso a disposición de la Fiscalía, cometiendo un error que tuvo que reconocer el ministro del Interior de entonces, Fabio Valencia Cossio.
"El Ejército, de buena fe, encontró una flagrancia y en vez de acudir a la Policía Judicial hicieron el procedimiento sin ese acompañamiento y eso vició la captura", dijo.
El presidente Álvaro Uribe pidió a la justicia que hiciera una excepción con "Pantera", por su alta peligrosidad, pero un juez invalidó el arresto y decretó su libertad, generando la ira pública del mandatario.
Galvis fue recapturado por la Policía el 01/5/11, en un tiroteo en una finca junto al río Nechí, donde salió herido.
Lo condenaron a siete años por concierto para delinquir, pena que fue interrumpida por el rescate efectuado por sus exenemigos "urabeños", según las primeras indagaciones, lo que sugiere una nueva alianza.
"A la opinión pública le recuerdo que es la primera sustracción a sangre y fuego que se ha realizado en 2013 y en los 32 meses que llevo como director del Inpec", dijo Ricaurte.
Al parecer, olvidó el episodio del pasado 30 de abril, cuando un comando sicarial rescató al narco "Mono Amalfi" en la remisión a una EPS de Medellín, hecho en el cual dos guardianes quedaron lesionados.
Hoy se desconoce su paradero, al igual que el de "Pantera", una pesadilla que las autoridades tendrán que perseguir por tercera vez.
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