Para el general (r) Gustavo Matamoros resultó preocupante la salida de 27 oficiales de las Fuerzas Militares por los llamados falsos positivos, debido a que según él, no se les respetó la presunción de inocencia.
El exjefe del Estado Mayor Conjunto también se refirió a su llamado a calificar servicios, que consideró hace parte de un complot, en la entrevista que concedió al programa La Hora de la Verdad , en Radio Súper.
¿La captura de Joaquín Pérez en Venezuela significa que aún hay guerrilla allá?
"No tengo información puntual de inteligencia, pero esas estructuras que se encontraban hasta hace más o menos un año no han regresado a Colombia".
Respecto a la contratación de telas para camuflados ¿hay algún indicio de falta de transparencia?
"Sé que hay cuatro procesos en la Contraloría que tienen que ver con contrataciones y que el Mindefensa ya los pasó. Sobre este tema de la tela no tengo conocimiento, pero me consta que de todos los escritos que han llegado a las oficinas del Ejército, donde se relacionan contratos con problemas, se ha informado a los entes de control y están investigándose".
Sobre las bandas criminales (bacrim) se ha dicho que son de la Policía y no del Ejército y también lo contrario...
" Ese es un tema crítico. Las bacrim son organizaciones dedicadas al narcotráfico, pero tienen dos manifestaciones: una con grupos armados con camuflados, morteros y una organización similar a la militar. La segunda es que son organizaciones civiles. Siempre he dicho que se tienen que combatir por la Policía. En el Ejército vivimos en grupo, y esta guerra no es de tropas ni grandes operaciones. Allí tienen que operar la Fiscalía, el CTI, los jueces. Esa guerra no le corresponde al Ejército. Nuestra estructura de inteligencia está hecha para un campo de combate totalmente diferente. La guerra contra las bacrim es lo que causa mayor inseguridad en las tropas. Lo grave es que las Farc están actuando de civil, se hacen pasar por bacrim; los grandes grupos uniformados entendieron que tienen que preservar esa fuerza y que es más rentable andar de civil, porque la acción del Ejército hacia los civiles es de respeto y dentro del marco de los derechos humanos. El plan renacer de las masas, que planteó alias "Alfonso Cano", es de cosas como la que pasó en Jambaló. Esa es la estrategia que está sembrando la guerrilla. En la medida que la guerra de guerrillas va tomando fuerza, puede pasar a una guerra de posiciones, que fue la que nos tocó hace algunos años, cuando el Ejército tuvo unos fracasos estruendosos como El Billar o Patascoy. En muchas regiones del país hay mucha gente que es capaz de asociarse rápidamente, armarse y atacar una patrulla. En la mayoría de las regiones conflictivas, las personas se comportan como milicianos. Esa guerra requiere mucho tiempo, porque judicializarlos es muy difícil".
¿Cómo es su relación con Sergio Jaramillo?
"Es muy buena. Es una persona muy preparada, que se ha puesto la camiseta de las Fuerzas Militares, también sé que es controversial, porque dice las cosas como son. Nos tenemos que ir acostumbrando a oír la verdad. Él es una de las personas que más conoce el conflicto y tiene las ideas más claras. Tuvimos charlas muy interesantes desde hace años. Tiene conceptos muy claros".
Sobre los 27 oficiales retirados el 29 de octubre del 2008, eso ha tenido un impacto enorme en la moral de la tropa...
"Eso partió la historia del Ejército en dos. Yo era oficial de operaciones en el momento. En la evaluación que se hizo el primer trimestre de ese año, en una presentación que hice ante comandantes de división, prendí la luz roja y dije 'algo raro está pasando' porque se estaban produciendo más bajas hacia organizaciones que no conocíamos que hacia las Farc. Hay NN muertos y se producen por fuera de las áreas de influencia. En la siguiente evaluación la cosa fue más crítica. A raíz de eso, el general Mario Montoya ordenó que a partir de ese momento se tenían que identificar esos NN muertos en combate y saber quiénes eran realmente. No tuve nada que ver con esas 27 personas. Cuando el hecho se produjo, volví a decir que para los militares no hay presunción de inocencia sino de culpa.
Fui encargado para hacer investigaciones de esos casos en Valledupar y, aunque no había pruebas, se apreciaba que había algo raro y que el general Carlos Suárez lo detectó y produjo estas bajas. No estuve de acuerdo con que no se hiciera una investigación seria. En los combates pasan cosas que son difíciles de explicar, sobre todo ante un juez que no conoce como son las angustias y los afanes, las técnicas, ni la modalidad del enemigo. Hay casos que tienen que ser investigados a fondo, pero es claro que esas eran decisiones que tomaban los comandantes de bajo nivel".
Ninguno de esos oficiales fue llamado a dar declaraciones, ¿qué opina?
"Nos falta coraje y carácter para discutir estos temas frente a frente. No puede ser que a uno le comuniquen la destitución por celular, cuando a 150 metros estaba el Ministro de Defensa. No pueden llamar a calificar servicios a oficiales sin decirles: 'su acusación es esta, defiéndase'. Yo duré 40 años en el Ejército. Cualquier comandante entiende que si contra él hay unos argumentos y ha fallado en lo que le corresponde, que es el control y estar atento a los procesos, él mismo solicita la baja. Pero lo que no puede pasar es que se los traicione y que la solución del problema sea botar al comandante. Aunque en nosotros hay una frase lapidaria que dice que el comandante responde por lo que la unidad haga o deje de hacer, es importante saber que si tiene todo vigilado y en orden, pero alguien actúa por fuera de la ley, pues es esa persona la que responde. Si así fuera, acá no podría llegar nadie a general. En esto tenemos que tener más coraje, decir las cosas de frente, que era lo que me causaba muchos problemas. Sé que no soy una persona fácil de lidiar en muchos aspectos. Soy irreverente, pero así fui toda la vida. Mis superiores me decían que dijera las cosas de otra manera, pero yo hablo de frente y con claridad".
Qué tan fácil les resulta explicarles estos temas de la guerra a las personas que no entienden de ellos, como el ministro de Defensa, Rodrigo Rivera, y el almirante Édgar Cely...
"Me queda la satisfacción de explicar mis planteamientos claramente en muchos escenarios con la cúpula militar. Cuando oigo hablar al Ministro ya veo que tiene claros temas como la guerra de guerrillas o los planteamientos de las Farc. Fueron ocho meses en distintos escenarios haciendo esto. Mi discurso de qué son las Farc estaba ganado interés y se estaba entendiendo. Logré despertar en la gente la inquietud por investigar estos temas y lo planteé varias veces. Lo último que hacía era preguntarle a la gente cómo aportarían para ganar la guerra. Yo buscaba las herramientas para ganar. La exigencia era que la gente me diera una solución distinta a la que yo proponía".
El general Fredy Padilla lo quiso sacar del Ejército ¿Su retiro tiene que ver con el viejo mando?
"Estoy absolutamente convencido, y hago la precisión de que el sábado salió un editorial muy ecuánime (en el diario El Heraldo ) sobre mi retiro y al día siguiente empezaron a aparecer unas cosas donde empezaban a atacar mi familia, mis méritos. Supe también de una parranda que hubo en Santa Marta, donde un político muy prestigioso dijo: 'nos coronamos al general Matamoros'. A mi me queda absolutamente claro que eso es un complot".
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