Oportuno y contundente el comentario del doctor Alberto Velásquez titulado "¿Para qué jueces". Quienes durante toda la vida hemos ejercido este noble oficio del periodismo desde la provincia, sin disponer de un espectro amplio de cobertura nacional e internacional, vemos con verdadera preocupación cómo las mesas de trabajo de las grandes cadenas radiales se han convertido en verdaderos Tribunales de la Inquisición.
El "arrinconado" no cuenta con lo que llaman el debido proceso, pues a veces ni siquiera le permiten responder las preguntas en el afán de presentarlo ante la audiencia como un delincuente.
¿Alguien habrá llevado la cuenta de las honras vueltas trizas desde estos "tribunales radiales" cuyos sindicados han resultado absueltos por la justicia colombiana a la que le corresponde institucionalmente investigar, juzgar condenar o absolver?
De verdad, como lo pregunta categóricamente el doctor Velásquez Martínez, ¿Para qué jueces? Si tenemos todos los días, desde las primeras horas de la mañana funcionando simultáneamente, por lo menos cuatro o cinco Tribunales de la Inquisición, integrados por magistrados "impolutos" y "sabios" que dictan cátedra judicial, jurídica y ética.
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