Al cumplirse un mes desde que la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (Anla) suspendió las exportaciones de carbón desde el puerto de la Drummond, el segundo productor de este mineral en el país, la firma estadounidense ya acumula en sus patios de almacenamiento unas 590 mil toneladas que no puede vender a clientes en América, Europa y hasta el Medio Oriente.
Esto es equivalente a la represa de una semana de lo que antes exportaba y tres veces el inventario usual que registraba cuando podía cargar con barcazas entre 80 mil y 90 mil toneladas diarias del carbón que saca de sus minas El Descanso y Pribbenow –La Loma–, en el Cesar.
Desde allí, ahora solo llegan dos o tres trenes diarios, cuando antes de la suspensión eran 13 o 14 los que recorrían por jornada los 192 kilómetros que los separan del sitio de explotación. Cada tren puede remolcar 130 vagones, y cada uno de estos va cargado con un poco menos de 50 toneladas de carbón.
Así lo pudo verificar El Colombiano, el primer diario del país que se le ha permitido ingresar al puerto, desde que se suspendieron actividades de cargue, el 13 de enero pasado.
Acumulando carbón que no se puede vender, cuya disposición aumenta los costos de operación, hoy buena parte de los mil trabajadores que tiene este puerto se han dedicado a labores de limpieza y mantenimiento de equipos, así como a adelantar capacitaciones de reentrenamiento, como explicó a este diario un directivo de la operación marítima de la firma.
Entre tanto, en unos 45 días se espera poder tener habilitado al menos uno de los cuatro puntos de atraque de los barcos en el muelle de cargue directo. De esa manera se cumplirá con la condición que exige el Gobierno para reanudar las exportaciones.
En un 90 por ciento se encuentra la ejecución de las construcciones requeridas para comenzar la exportación. Las obras totales del muelle rondan el 85 por ciento, desde que empezó su construcción en septiembre de 2012.
Por ahora, unos 700 operarios de las firmas encargada de la megaobra, que implica inversiones de 360 millones de dólares, trabajan con mensaje de urgencia en aplicar el plan de contingencia.
Esto incluye tareas para conectar, provisionalmente, la antigua banda transportadora con la nueva que, solo en su parte marina, es de 1.500 metros de largo. Para que se haga una idea, eso supera la longitud del Puente Pumarejo, el más largo del país.
En su extremo se conecta con un muelle de 800 metros de largo, donde, una vez terminado, podrán “estacionar” cuatro barcos y hacer el cargue simultáneo de dos de ellos.
“El cargue directo empezará a finales de marzo, pero las obras completas y estarán concluidas en unos tres meses. Al final, se duplicará la operación de carga y tendremos una capacidad instalada de exportar hasta 60 millones de toneladas de carbón al año”, explicó otro directivo del puerto.
Pero convertirse en el mayor exportador de carbón en Colombia, superando incluso a Cerrejón (en La Guajira), dependerá de que puedan concluirse la ampliación de otra línea férrea que opera Fenoco y está en un 85 por ciento de avance. Por ahora la obra está frenada por el asentamiento de comunidades en predios por donde debe pasar.
Los argumentos de Drummond
Mientras las montañas de carbón se extienden hacia lo que será otro sector del almacenaje del mineral para alimentar el cargue directo, los directivos del puerto explican que optaron por suspender las exportaciones porque otras alternativas resultaban inviables por costos y ambientalmente.
“Pensar en sacar por otro puerto 80 mil toneladas diarias de carbón equivaldría a tener cerca de 2.500 tractomulas yendo y viniendo, lo que es una locura, además tampoco tenemos licencia ambiental para ello”, argumentó uno de los voceros.
En cuanto a la multa de casi 7.000 millones de pesos definida por el Gobierno, al verter carbón al mar es “a todas luces, desproporcionada y debería revisarse”. Según ellos, fueron solo 200 toneladas del mineral que debieron arrojarse al mar, para evitar el naufragio de una barcaza con capacidad de 3 mil toneladas.
“Ese incidente marítimo (13 de enero de 2013) es el primero que tenemos luego de 19 años de operación del cargue con barcazas, lo que ha implicado 95 mil maniobras sin novedad alguna”, agrega un directivo.
Además señalan que es injusto el tratamiento dado a la Drummond, cuando otras compañías que también operan en la misma zona portuaria han tenido el hundimiento de cinco barcazas y las acciones administrativas del Gobierno han sido mucho menores.
Frente a las versiones que apuntan a que no fue reportado el incidente con la barcaza de hace más de un año y prefirió ocultarse, afirman todo lo contrario. Un ejecutivo de la compañía aseguró a este diario que al siguiente día, él mismo informó del incidente por correo electrónico a la Dimar, autoridad marítima que administra las operaciones portuarias de las tres mineras localizadas en Ciénaga.
Con todo, ahora la minera está a la espera de lo que responda la Agencia Nacional de Licencias Ambientales (Anla) ante el recurso de reposición interpuesto para que revise la sanción económica y la magnitud de otras medidas de compensación dispuestas frente al incidente.
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