Han llegado a tal punto de degradación algunos de los delincuentes que azotan nuestro país, que son recurrentes los robos o las agresiones a misiones médicas, ambulancias y centros de salud. En Bogotá, la semana pasada, personal médico y conductores de dos ambulancias fueron atracados a mano armada, algunos de ellos golpeados y, en ambos casos, les robaron valiosos equipos médicos y sus pertenencias personales.
Una actitud inhumana que no debería existir en ninguna sociedad, por atrasada que sea. Ojalá las autoridades capturen y judicialicen ejemplarmente a los responsables.
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