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Qué dolor perder un subsidio de $10 millones

07 de septiembre de 2009
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Tenaz, muy tenaz, es la situación que viven las familias de menores recursos. Comfama, la caja de compensación familiar, lo puede testimoniar, porque le toca ver cómo personas que se han ganado subsidios de 10 y 11 millones de pesos para adquirir vivienda, tienen que renunciar a ellos por motivos de fuerza mayor.

Iván Asuad Mesa, sudirector de Vivienda de la entidad, le dijo a este diario que hay proyectos habitacionales en los cuales han tenido que volver a vender un 25 por ciento de las viviendas.

Eso nunca les había pasado, en semejante proporción. La razón: los beneficiarios del subsidio pierden el cupo porque al momento de la entrega del inmueble no alcanzan a tener formalizado el crédito.

El problema es la física falta de capacidad de pago de estos hogares. Sus limitadas entradas de dinero no les dan para el ahorro programado y, menos, para acceder a un préstamo de una entidad financiera.

"Es que les llegamos a familias muy vulnerables, con bajos ingresos. Con cualquier cosa que se endeuden, las colillas de pago se les ponen en un punto crítico", anota el directivo de Comfama.

¿De qué población estamos hablando?
"De familias que ganan 1,5 y 2 salarios mínimos mensuales legales. Yo promediaría en 1,5 salarios".

¿Cuánto valen las viviendas a las que aspiran?
"Muchas de ellas valen de 21 millones 680.000 pesos a 29 o 30 millones de pesos".

O sea que el subsidio llega a representar el 50 por ciento del valor de algunas viviendas?
"Sí, y, aún así, no les dan las cuentas. Eso es muy duro".

Otros, renuncian
La historia no termina allí. A Comfama también le ha tocado ver cómo entre un 5 y 7 por ciento de familias que se han ganado ese anhelado subsidio, de 10 o de 11 millones de pesos, renuncian al mismo, inclusive antes de iniciar la búsqueda de la casa o apartamento en la que podrían aplicar ese cheque.

Los motivos son variados: Que perdieron el empleo; que las viviendas que les ofrecen no colman sus expectativas; que las casas están "tiradas" en zonas marginales; que el espacio es muy chiquito.

Asuad explica que, aunque destechada, la gente tampoco se quiere ir a vivir a cualquier punto. A veces hasta rechazan la posibilidad de mudarse a otro municipio, porque con ello se alejarían de sus padres o de un familiar que cuida a sus hijos más pequeños. De todo se ve.

Pero los deseos de casa propia no se detienen.
Comfama sigue recibiendo postulaciones para el subsidio de vivienda, a un buen ritmo. El número se mantiene constante en 2.000 aspirantes, de los cuales el 92 por ciento gana menos de dos salarios mínimos.

En lo corrido del 2009 han aprobado 990 subsidios. Estos tienen una vida útil de un año, o sea que se aplicarán, si todo marcha bien, en el 2010.

Asuad reporta que este año han validado 1.100 subsidios que fueron otorgados en el 2008. "Es un buen número. Y ha habido oferta en Rionegro, la Ceja, Marinilla, en donde tenemos un número importante de postulados".

Consultado sobre los subsidios que no se han podido aplicar, Asuad dice que las cuentas de la caja son muy sanas. Los subsidios más viejos datan del 2000, 2001 y 2002, y comienzan a vencerse por nuevas disposiciones del Ministerio de Vivienda, Ambiente y Desarrollo Territorial. En esa lista hay 179, que son desarrollados en proyectos de Organizaciones Populares de Vivienda (OPV).

Sus procesos de construcción son lentos. Tardan hasta cuatro años, cuando un gran edificador se toma un año. "Es que, añade Asuad, las OPV trabajan con las uñas, pero con todo y eso los planes están caminando".

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