No a todos les agrada pensarlo, pero unos tienen su final previsto: que esparzan sus cenizas en el mar o en un jardín. ¿Pero sabe en verdad cómo acabará todo este ajetreo? Ese viejo letrero en la portada de cementerios pueblerinos, "hasta acá llegan todas las vanidades humanas" podría ser colgado de extremo a extremo del universo.
De dónde venimos y cuándo terminará todo son preguntas básicas de la existencia, independiente de creencias religiosas, y los indicios han brotado a borbotones en los últimos años y los resume un artículo en Scientist American.
¿Cuál destino prefiere? Haga el ejercicio: está sentado una noche en una verde y florecida pradera. Al frente, cuatro telones que caen y se alzan alternadamente: Ve que muere la última y solitaria estrella, no aparece ninguna estrella aunque la noche está despejada, observa con sorpresa que todo el paisaje y los astros se rompen en pedazos más pequeños que un átomo, o toda la materia existente se reúne en una sola entidad. En los dos últimos casos, quizás no tenga tiempo de observar todo, pues se despedazará o contraerá con lo demás. Una de esas cuatro opciones es el futuro, aunque tal vez no haya testigos para contarlo.
En los últimos 20 años se ha observado casi hasta los inicios del universo. El visible y deducible lo conforman unos 100.000 millones de galaxias cada una con 100.000 millones de estrellas y quizás similar número de planetas. ¡Que si se nos acaba la vanidad!
Estamos aquí gracias a que cuando el universo tenía 380.000 años se formaron los átomos, que condujeron a las primeras estrellas y galaxias cuando alcanzaba ya 300 millones de años. Al morir esas estrellas surgieron los elementos que nos permitieron nacer, porque antes todo era, en esencia, helio e hidrógeno.
Con nuevos aparatos en construcción, se podría llegar casi al origen del Big Bang, ocurrido hace 13.700 millones de años. Ahí estaría la respuesta. Una teoría, de cuerdas, permite otras dimensiones y otros universos, el multiverso. Para algunos, el Big Bang fue producto del choque de dos universos.
Esa teoría más la inflación, que parece que existió (la expansión exponencial del universo en sus comienzos) permiten el multiverso y una visión espeluznante: si la inflación sucedió, puede repetirse una y otra vez en un número infinito de regiones inflacionarias, entre las cuales nada puede viajar, una no afecta la otra y cada una tendría sus propias leyes físicas.
El universo es halado por algo no entendido, energía oscura, que si sigue jalando todo hará que en 30.000 millones de años si hubiese humanos, no podrían ver otras galaxias ni nada por el estilo. Y si aumenta su empuje, nunca más volverá a reunirse la materia: ni átomos quedarán en 50.000 millones de años.
¿Será que nacemos y morimos y volvemos a nacer y a morir, y así, sin un final y sin saber que nacemos y morimos muchas veces? ¿O será que cuando acaba el universo y nace otro, somos diferentes? ¿Nacemos en otro universo con normas y leyes distintas? ¿No nacemos nunca más aunque el universo se repita?
Sigamos, mejor, sentados sobre la pradera en una plácida noche. No somos nada, como lloraba el borracho.
Pico y Placa Medellín
viernes
3 y 4
3 y 4