En estos días transitaba en taxi por las calles bogotanas y me extrañé de la fluidez del tránsito, acostumbrado a los interminables tacos o trancones, como les dicen en el altiplano. ¿Diez minutos para ir del aeropuerto al centro? ¡Increíble…, pero el conductor me dio la razón: Es que hoy juega la Selección Colombia y no hay nadie en las calles.
¡Cómo nos hace vibrar la selección Colombia… ¡Cuántas miles y miles de camisetas amarillas en todos los rincones del país… Claro, queremos ver a la Selección disputando el mundial de Brasil.
Desde el nueve de junio cuando partió la Vuelta a Colombia en bicicleta desde Quito, hemos recorrido carreteras por 12 departamentos para terminar los 2.138 kilómetros mañana en la contrarreloj individual en Medellín.
Quizá ustedes, muchos de ustedes, hayan visto las imágenes de los periódicos y los resúmenes de los diferentes canales.
Cuarenta periodistas que cubren la Vuelta a Colombia son testigos de excepción del renacer entusiasta de este evento deportivo. En cada ciudad, por cada población por la cual pasa, o los municipios de llegada y salida, los colombianos vibran multitudinariamente con los ciclistas. Es una demostración de que en el ADN de los habitantes del país, el ciclismo también une a los colombianos.
Fuera de lo deportivo, uno tiene la oportunidad de apreciar el estado de las vías. ¡Para qué llover sobre mojado… No hay duda, es Antioquia el departamento que tiene las vías más precarias y en malas condiciones del país, y me refiero tanto a las troncales como a la seguridad. Lo de las autopistas de la prosperidad no son una dádiva, son un derecho.
Los extranjeros que nos acompañan como el viceministro del deporte del Ecuador, Augusto Molano, Mario Sábato, periodista de ESPN, Claudio Corti, mánager del equipo Team Colombia, entre otros, no se cansan de ponderar la belleza de Colombia. Sí, tenemos un país excepcional, y este era el que nos tenía secuestrado las Farc, las mismas que hoy pretenden desde La Habana imponernos sus intereses minoritarios. Ojalá la paz fuera otro propósito común que nos uniera a los colombianos. El anhelo de tenerla se anida en todos los corazones, pero como es secreta, en vez de congregarnos a veces nos divide.
Es una lástima que Colombia no tenga dos o tres metas que nos apasionen porque fuera de lo deportivo ¿Qué nos une a los colombianos?.
Pico y Placa Medellín
viernes
0 y 6
0 y 6