Durante dos años completos, Kim Clijsters no agarró una raqueta de tenis. Solo un tetero y unos pañales. Pero las ganas de volver fueron mayores.
Como Kim, una camada de deportistas dieron su adiós del deporte, pero al cabo de algunos meses -unos pocos tras años-, decidieron dar media vuelta y mirar hacia el frente.
La última en unirse al club de los regresados fue Justine Henin, tenista belga que se fue en marzo de 2008 cuando estaba en la cima del tenis femenino, y que esta semana determinó regresar a las canchas de forma competitiva.
"Una llama que creí se había extinguido para siempre se ha encendido otra vez", dijo Henin, en la rueda de prensa en la que anunció su retorno.
Pero muchas veces no es una flama que parecía extinguida. En varias oportunidades, casi la mayoría, es la falta de dinero, las ganas del reconocimiento o simplemente que la persona no asimiló la pérdida de la fama.
"Cada caso es distinto, pero se reconocen unas particularidades en ellos. Muchos creen que todavía pueden dar mucho en el deporte, porque se sienten más maduros. Otros simplemente acusan la falta del reconocimiento o de la falta de dinero parta solventar su manera de vivir, y vuelven a competencia", explica Adriana García, sicóloga de Indeportes Antioquia, y quien también trabajó con Atlético Nacional.
Como en los retiros de los jubilados de los trabajos habituales, los deportistas que están cerca de decir adiós deben elaborar el duelo. Algunos lo hacen mejor y tienen la transición del jubilado. Otros buscan no despegarse, y por eso terminan como entrenadores o directivos de su deporte. Otros, como en los casos citados, siempre guardan el anhelo de volver.
"Vi que estaba en condiciones para jugar partidos y darle una mano al América. Volví porque sé que puedo y lo estoy demostrando", dijo Anthony de Ávila, jugador colombiano que volvió a los 45 años y tras una década de estar fuera del fútbol.
En las mujeres pasa otro fenómeno. Como la curva de alto rendimiento coincide con el periodo fértil, muchas deben elegir entre ser madres y deportistas. "Los embarazos causan retiros, unos obligados, otros pensados. Cuando traen regresos, y en la mayoría de casos a una deportista madura, consciente y aterrizada en la vida. Si mantiene sus cualidades, puede dar buenos resultados", reitera García.
Los regresos son tan comunes como las despedidas. Ahora, siempre será mejor un adiós en la cima que un volver y caer a la tierra.
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