Las fuerzas iraquíes aún no están preparadas para asumir el reto de la seguridad de su país. Ayer, cuatro días después del retiro de las tropas estadounidenses de su territorio, distintos barrios de Bagdad vivieron una jornada sangrienta que dejó 63 muertos y centenares de heridos, y que tiene serias posibilidades de empeorar.
Los objetivos buscaron causar muertes por miles y terror en la población: fueron atacados con carros bomba un parqueadero, una escuela y un mercado popular. Lugares atestados de civiles que, por la hora, se dirigían a sus puestos de trabajo.
Pero Humberto Montero, editor internacional del diario La Razón de España, explicó que la situación de orden público que hoy se vive en ese país no es nueva y que hay que tener en cuenta que la crisis política ha generado una desconfianza histórica entre los partidos que participan del gobierno.
"Desde la caída de Sadam Hussein hay muchos odios represados, principalmente entre chiítas y sunitas y, sin las tropas de E.U., el control de las fuerzas de seguridad se hace más difícil".
El analista español indicó que aunque los estadounidenses siguen teniendo agentes en la zona, sólo están en labores de asesoría: "Ya no tiene sentido que ese país se inmiscuya en los problemas de los iraquíes", señaló.
Esto, con el agravante de que, en este momento, a los americanos ya no les interesa la problemática iraquí. "Ese polvorín le queda a los iraquíes y esto va a seguir ocurriendo hasta que no se logre establecer un sistema equilibrado de gobierno y dejar atrás todas las atrocidades cometidas durante el régimen de Hussein", apuntó.
Y es que históricamente desde la caída del dictador, en ese país se intensificaron las venganzas personales entre clanes y familias. Cada día las vidas de miles de civiles se apagan.
Daniel Brumberg, experto en análisis y prevención de conflictos del Instituto de Paz de E.U., dijo que aunque hay una relación directa de los ataques en Irak con la salida de las tropas, también es claro que la violencia en ese país no es nueva y menos contra los civiles.
"Desde remotas épocas han caído miles de víctimas civiles, casos que jamás fueron resueltos y estos genera una ola de odio entre los propios habitantes", sostuvo.
Al igual que Montero, Brumberg sostuvo que la responsabilidad de Estados Unidos con ese país ya terminó y es necesario que los iraquíes aprendan a resolver sus propios problemas.
"La administración Obama está bastante ocupada con los problemas internos y no puede ser siempre el adalid que solucione los problemas del mundo", agregó.
Al caer la tarde de ayer, el Gobierno de Estados Unidos condenó la cadena de atentados y pidió a los líderes iraquíes que dialoguen para poner fin a la crisis política que vive el país en coincidencia con la retirada definitiva de las tropas norteamericanas.
Intentos como éste de "descarrilar el progreso continuo de Irak fracasarán", agregó la Casa Blanca.
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