Si existiera un premio a la paciencia, el primer candidato para recibirlo sería Luis Felipe Chará. El jugador del Atlético Nacional, que mañana (8:15 p.m.) será titular frente al Once Caldas en el estadio Atanasio Girardot, sí que sabe de esperar.
Ha superado lesiones de rodilla que lo llevaron al quirófano, una fractura en el cráneo, e indiferencias de varios entrenadores. Este año, por ejemplo, no ha tenido la oportunidad de actuar, a pesar de que han pasado nueve fechas. Inclusive, en un momento se habló de su posible paso al Envigado para la actual temporada.
Pero como guerrero que es, este jugador vallecaucano nunca se rindió y ahora tiene una nueva opción de mostrar sus condiciones, así sea como lateral derecho en remplazo del brasileño Baiano, quien está sancionado.
"Recibo esta oportunidad con la mayor tranquilidad -dice Luis Felipe-, creo que la disfrutan más mi familia y mis amigos. Este es un premio a la paciencia que he tenido y sólo queda reafirmar todo en el partido, ojalá con un triunfo".
No extrañará la posición, pues ya la conoce porque cuatro técnicos más lo ubicaron allí, y no como volante que es su puesto natural. No en vano asegura que lo fundamental es aprender, colaborar con el grupo y saber interpretar el juego.
Motivo para luchar
Chará acepta que la preocupación lo invade cuando no es tenido en cuenta para jugar. Y para distraerse y hacer menos duras las jornadas, la compañía de su pequeña hija Samanta es el remedio ideal. El medio familiar, confiesa, es su gran soporte.
Luis Felipe entendió, en los últimos años, la importancia del estudio, capacitarse porque, admite, "no sólo en el deporte sino en cualquier actividad, no hay nada seguro y hay que saber canalizar las energías".
Primero se graduó como técnico de Sistemas y ahora realiza el pregrado de Ingeniería en la misma rama, en la Universidad Cooperativa de Colombia. "Hay que darle conocimientos a la mente", sentencia, mientras sostiene en sus manos un pedazo de manzana luego del entrenamiento en el Atanasio.
En las aulas, rodeado de gente adulta, no se siente ni lo hacen sentir extraño. Es uno más de la clase en la que aprende de "las experiencias y conocimientos de los compañeros por su calidad de vida".
Luis Felipe Chará dice que no piensa en el futuro. Trata de disfrutar el día a día, pues "a eso vinimos a la vida".
Por eso está listo para reaparecer con los verdolagas frente a un rival que "corre mucho y al que no se le pueden dar espacios".
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