La elección de Sergio Fajardo como gobernador, y la de Aníbal Gaviria como alcalde de Medellín, creó un clima de optimismo y esperanza.
Entendemos que están dedicados a conformar sus equipos, conocer a fondo la realidad que encontraron, pero sobre todo a diseñar el plan de desarrollo que será el norte y los compromisos que cumplan con lo que prometieron en campaña.
Alrededor de sus gobiernos y sus programas es indispensable que lideren a la sociedad para unir a los antioqueños y a los medellinenses en unos propósitos comunes.
Nadie les pide que convoquen a los corruptos, ni a quienes solo buscan aprovecharse de lo público o satisfacer sus propios intereses.
Claro que no.
Políticos, gremios, empresarios, organizaciones comunitarias y populares, academia y comunidad en general deben ser convocados e incluidos.
De lo contrario, sería la visión de un grupúsculo de amigos y colaboradores realizando la sociedad de sus sueños.
¿Coinciden ellos con lo que quiere la mayoría? ¿Con lo que requieren Antioquia y Medellín?
Si no nos unimos, el centralismo que nos asfixia terminará por frustrar esos sueños.
Autopistas de la Montaña, el túnel de Oriente, el desarrollo de Porce IV, el puerto de Urabá, el puerto multimodal de carga en Berrío y muchas más iniciativas que requieren autorizaciones o el concurso nacional se quedarán en eso, en iniciativas.
A esta unión y al apoyo a nuestros gobiernos local o regional, hago un llamado especial a los parlamentarios antioqueños.
Así como en el nivel nacional temas como la política exterior y la seguridad nacional nos une en torno al gobierno de turno sin distingos de partidos y movimientos, la defensa de los intereses de Antioquia tiene que hacernos actuar como un solo hombre.
La fuerza política de nuestra región, por mandato popular, la ejercen los congresistas.
¿La están ejecutando? ¿Actúan al unísono frente al gobierno central?
Estamos en un momento único para Antioquia y Medellín ¿seremos inferiores al reto?.
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