El mundo del deporte despidió este miércoles a uno de los mitos del golf mundial, Severiano Ballesteros, cuyo funeral congregó en su localidad natal, Pedreña, a sus compañeros en la Ryder Cup y deportistas de categoría mundial, que acompañaron a su familia para honrar su memoria.
Los remeros de la trainera de Pedreña, el otro orgullo deportivo del pueblo, escoltaron desde la residencia familiar de los Ballesteros a los hijos del campeón y a sus cenizas, en un cortejo fúnebre abierto por un gaitero escocés, en recuerdo de la especial vinculación que Severiano tenía con Gran Bretaña, donde es todo un ídolo.
Cientos de personas esperaron, desde primera hora de la mañana de este miércoles, en la parroquia de Pedreña para dar el último adiós al golfista, al que también quisieron despedir personalidades del deporte y la cultura española como el secretario de Estado para el Deporte, Albert Soler, el presidente del Comité Olímpico Español, Alejandro Blanco, Miguel Induráin, Miguel Ángel Jiménez, Emilio Butragueño, Enrique Ponce y los ex capitanes de la Ryder Cup Sam Torrance, Ian Woosnam y Colin Montgomerie, entre otros.
Ballesteros, uno de los mejores y más carismáticos jugadores de la historia del golf, falleció el sábado a los 54 años tras una larga batalla contra el cáncer.
Homenajes
Los 422 clubes de golf del país también guaron un minuto de silencio este miércoles, mientras que las banderas del Iberdrola Open, del circuito Pro-Am, en Mallorca, llevarán un crespón negro en recuerdo del golfista cántabro.
El sudafricano Thomas Aiken, que ganó la semana pasada el Abierto de España y dedicó su victoria a Ballesteros, dijo que su muerte había sido muy sentida por todos los jugadores, pero por Olazábal en particular.
"Todos vimos la semana pasada en Barcelona cómo la muerte de Seve afectó a José María y fue difícil para todos que no se nos llenaran los ojos de lágrimas", dijo Aiken en Mallorca. "Vi a José María varias veces el fin de semana pasado y me pude sumar a su dolor", añadió.
"Es tan triste que alguien, y alguien tan joven como Seve, muera, y que ocurriera durante el Abierto de España fue digno de mención (...) Me resultó natural dedicarle la victoria, estoy seguro de que cualquier jugador hubiera hecho lo mismo", dijo.
"Se lo debemos por lo que ha hecho por el golf. Por el gran ser humano que era, no sólo golfista, sino persona. El golf es sólo un juego y Seve lo convirtió en algo mejor", concluyó.