Estación Cálculo, que estaría llena de gente que calcula y sabe de ejes y abscisas, de parábolas e intersecciones, de derivadas (que es quitar algo para que aparezca una resultante del elemento al que se le ha quitado), de crecimientos positivos o negativos, de números reales e imaginarios y de puntos de unión que permiten saber el rango (o logro) de lo que se plantea en el dominio (la realidad), pues lo real está ahí pero depende de lo que se sepa de ella y de la función que preste, que es lo que entendemos para que el asunto que se trata tome una dirección correcta y no una imaginación, una fantasía, una huida, un objeto que está en el espacio que no le corresponde. Newton, que supo calcular bastante bien, tenía claro que a cada objeto (o sustantivo con masa y peso) lo asistía un espacio propio, que no solo lo situaba sino que lo hacía posible en sus características (posibilidades de ser), dimensiones y límites correspondientes. F(X)= Y.
Cuando yo estaba en el colegio, no era malo en esto del cálculo. Sabía que el eje de la X (que es horizontal) representaba cantidades reales, es decir, que era un espacio con cuerpos ciertos y posibles de medir. Y en esta medida, que establecía lugares precisos en el espacio y que por ser limitado (tenía límites y era cosa) podía ser dominado, lo que ya resolvía un problema de incertidumbre y se convertía en un logro (un acierto) que, al encontrar la función de X, F(X), pasaba al eje vertical, representado por Y, siendo Y lo que habíamos entendido de la realidad, fuera esta positiva o negativa. Para empezar a tener una visión de lo que pasaba (del mundo en funcionamiento), no estaba nada mal esto de saber calcular. Lo que sepa de la realidad es lo que me conecta con la realidad.
Así que calcular no fue cazar oportunidades sino acertar a partir del conocimiento. Y como nos decía el profesor, el cálculo era tener criterios sólidos (como los que tuvo Descartes sobre las matemáticas para diseñar con ellas lo que fue la geometría cartesiana, que es su real sistema filosófico). Entonces, el cálculo primero tiene claro el mundo, como bien entendió Wilhelm Lebniz con sus teorías sobre las mónadas y las que hicieron posible el cálculo diferencial, que es encontrar aciertos desde escenarios múltiples posibles.
Si, fue bueno entender cálculo, no solo en sus condiciones numéricas sino en los hechos aprendidos y previstos, en los que la función de X es igual a Y, y al inicio se iguala con cero para que lo que se despeje de lo real sea un entendimiento. Si.
Acotación: La función de algo es el entendimiento razonable que plantea. Así que una función no es una representación de teatro del absurdo sino de un mundo que aparece y, si es correcto, sirve de fundamento a otro. Las cosas y las apreciaciones funcionan si se derivan, no si se confunden, pudo decir Isaac Newton.
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