Con una voz suave, un andar lento, pero por sus propios medios, Mauricio Soler le puso cara y cuerpo a un drama que se conocía solo a larga distancia.
Luego de estar seis meses internado en España, tras su accidente en la Vuelta a Suiza el 16 de junio, el colombiano regresó a su país a pasar un par de meses con su familia. A su lado, su esposa Patricia Flórez y sus padres Manuel Antonio Soler y María Hernández, quienes fueron los primeros en abrazarlo. El rostro de Mauricio, en ocasiones inmovible, reflejaba algo de alegría.
"Para mí todo esto es algo grandioso, porque volví a nacer en España. Éste ha sido un momento tan esperado, pero a la vez muy triste, porque el día de ayer tuve que despedirme de las personas que se han cruzado en mi camino y que en medio de tanta adversidad han estado al lado mío para intentar conseguir mi sueño que era éste", señaló Soler, quien fue recibido en el aeropuerto Eldorado por su familia, amigos y una banda papayera de la Escuela de Música Ramón Ildefonso Ramírez, de Ramiriquí, su municipio.
Dijo que continuará con sus terapias de recuperación en la Capital y que lo demás en cuanto a su carrera deportiva "vendrá por añadidura".
A su llegada al país, el ciclista boyacense manifestó que por ahora sólo le interesa recuperarse de las graves lesiones que sufrió en el accidente del pasado 16 de junio durante la vuelta a Suiza; y que su futuro ciclístico es incierto.
Soler continuará su proceso de recuperación en la Clínica Teletón de Bogotá, y según el presidente de la Federación Colombiana de Ciclismo, Jorge Ovidio González, "viene a valoración de sus lesiones, a unos chequeos y un proceso de rehabilitación, reposo y tranquilidad".
El campeón de la montaña del Tour-2007 regresará a Pamplona en mayo próximo, según su esposa Patricia, para que se evalúe su estado y se pueda determinar el tipo de incapacidad y las secuelas con la que quedará. Por ahora, Soler descansa con su familia.
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